El presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, ratificó su decisión de no ser candidato a ningún cargo dentro del espacio de Cambiemos, a la vez que aseguró que seguirá en su puesto legislativo  hasta que finalice su mandato en diciembre de 2019, confiaron fuentes de su entorno.

El futuro del dirigente ya había quedado sentenciado en marzo luego del anuncio de su retirada del espacio oficialista, cuando incluso había pedido una salida elegante en la Embajada de España. Sin embargo, siguió trabajando de manera intensa en un año legislativo que tuvo a los debates por el aborto legal y el Presupuesto 2019 como momentos clave y en los que su intervención fue crucial para la estrategia del oficialismo. Nada de eso sirvió para acercar posiciones.

Además, fue convocado en medio de la veloz escalada del dólar. Duró poco. En cuanto se tranquilizó el mercado de divisas, Monzó no volvió a juntarse con miembros del Ejecutivo. De origen peronista, el hoy titular de la Cámara baja fue uno de los armadores de Cambiemos bajo una idea de “transversalidad” que, según especulan cerca suyo, “se terminó en 2015”. Es que el jefe de Gabinete, Marcos Peña, nunca lo quiso cerca. “Ellos no quieren que yo haga política con ellos. Nunca pertenecí, y ahora lo veo”, se lamentó ante su equipo en los últimos días.

Ahora, cuentan, piensa en “volver al llano” y en “recorrer la provincia”. Monzó es un dirigente bonaerense que, a pesar de sus contactos con el territorio, nunca estrechó vínculos con el equipo político de María Eugenia Vidal.

Ante la situación económica actual y los pronósticos de recesión del propio FMI, Monzó mantiene silencio. Sabe que el 2019 es un año en el que el gobierno se enfrentará a “una mala combinación” política,  electoral y económica recesiva. Sin embargo, no se retirará ni de Cambiemos ni de su cargo en la Cámara hasta después de diciembre por una cuestión de “responsabilidad”.