Acicateado por las acusaciones de incapacidad que le propina el candidato republicano Donald Trump, el presidente de EE UU, Barack Obama, está dispuesto a erradicar de la faz de la Tierra al Estado Islámico (EI) antes de terminar su mandato, el próximo 20 de enero. O, por lo menos, se propone echar a los fundamentalistas de Irak y concentrarlos en la vecina Siria.

Mosul, la segunda ciudad de Irak, está en manos del EI desde junio de 2014, cuando la tomó con 800 milicianos frente a 30 mil soldados del ejército iraquí. El líder del EI, Abu Bakr al Bagdadi, proclamó un califato y llamó a los musulmanes de todo el mundo a viajar a la región, centrada en Irak y Siria, y apoyar la yihad en su primera presentación pública como califa.

Hace unas semanas, unos 30 mil militares iraquíes y las milicias kurdas (peshmerga), apoyados desde el aire por una coalición de más de 60 países liderada por EE UU, lanzaron una operación para recuperar Mosul y asestar un fuerte golpe al EI.

Desde el inicio de la ofensiva, la aviación bombardeó más de 50 veces la ciudad en la que viven entre 1,2 y 1,5 millones de habitantes. Según la ONU, unas 2000 personas huyeron de Mosul por los bombardeos. El organismo internacional pronosticó además que la operación puede provocar una catástrofe humanitaria con hasta un millón de desplazados. El subsecretario general de la ONU para Asuntos Humanitarios, Stephen O’Brien, destacó que miles de civiles “pueden ser expulsados o permanecer atrapados entre las líneas de combate por la fuerza” y que los niños, mujeres, discapacitados y ancianos “serán particularmente vulnerables”. En función de “la intensidad y el alcance de los combates, hasta un millón de personas pueden verse obligadas a huir de sus hogares”, agregó. 

En ese marco, se crearon corredores humanitarios para permitir que los civiles huyan de las zonas de combate. Pero también son utilizados para que los yihadistas huyan a Siria. Quienes se retiren por esta vía no serán capturados, según reveló a la agencia de noticias Sputnik Said Mamuzini, representante del Partido Democrático del Kurdistán.

Una posición similar plantea el diario EurAsia Daily, que cita fuentes militares y diplomáticas en Moscú y asegura que en la ciudad iraquí hay cerca de 10 mil combatientes que podrían escapar a Siria por el corredor humanitario.  

Según informaciones de que dispone EurAsia Daily, esta decisión se tomó bajo las órdenes de EE UU y Arabia Saudí, quienes lideran la operación por liberar Mosul. De hecho, es Arabia Saudí, a través de sus canales de influencia, la que puede convencer al EI para entregar la ciudad bajo los términos propuestos por la coalición. Joseph Votel, jefe del Mando Central de las Fuerzas Armadas de EE UU, dio a entender indirectamente esta posibilidad, asegura el diario, al afirmar que durante la liberación de Mosul «es necesario evitar las prisas y combinar planes militares y políticos». 

La batalla por Mosul no puede convertirse en una carnicería, explica el artículo. Por esa razón «la entrega de Mosul sin combates y la evacuación de los yihadistas y sus familias hacia la región oriental de Siria es para Washington y Riad el escenario ideal por muchas razones». «