“¿Dónde están los desaparecidos?”. La chica sostiene un cártel con la pregunta en las calles de Lima. Es domingo por la tarde. Viste la camiseta de la selección de fútbol de Perú. Acorralado por las protestas populares, el congresista ultraconservador Manuel Merino acaba de renunciar a la presidencia de ese país después de que el Congreso votara la destitución de Martín Vizcarra por “incapacidad moral”. “Aproximante hay 41 desaparecidos -le cuenta la chica al periodista deportivo argentino Matías Pelliccioni-. Se ha logrado algo que todos esperábamos que pasara, pero esto no acaba acá”. Las camisetas de la selección peruana se replican entre los manifestantes que rodean al Congreso. La mayoría, como la chica, son jóvenes. Las desapariciones ascendieron a 74. Todavía hay dos personas sin aparecer. En medio de dos muertos por la represión, de cientos de heridos, de denuncias de violaciones y desapariciones forzadas, Perú enfrentará a Argentina por la cuarta fecha de las Eliminatorias a Qatar 2022. En un país que poco más de 24 horas antes del partido no tenía presidente. El legislador Francisco Sagasti asumió como presidente “provisorio” hasta las elecciones de 2021. Una remake de la crisis de 2001 en la Argentina.

El fútbol suele transitar muchas veces por una realidad paralela. Lo sabe Perú, “víctima” del 6-0 de la selección argentina en el Mundial 78, en plena dictadura militar, con visita incluida de Jorge Rafael Videla al vestuario visitante de Rosario Central. El fútbol también suele ser base de reivindicaciones. “Para el Perú las Malvinas son argentinas”, rezó una bandera exhibida en el Monumental en 1985, en la previa del Argentina-Perú de las Eliminatorias al Mundial de México 86. Este lunes, la Federación Peruana de Fútbol -y la Policía Nacional del Perú- se encargaron de ratificarle a la Conmebol y a la FIFA que Argentina-Perú se jugará en el Estadio Nacional de Lima. El viernes, cuando Chile le ganó 2-0 a Perú en Santiago, una bandera colgaba en la puerta del Estadio Nacional, centro de detención y tortura durante la dictadura de Augusto Pinochet: “Hay otro partido y es en la calle. Contigo, Perú”. Chile terminó en un referéndum reciente con la Constitución de Pinochet después de manifestaciones multitudinarias que costaron vidas. La historia de América Latina, aún con todas sus diversidades, es más que compartida.

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(Foto: AFP)

A pesar de los reclamos para que no se jugara la fecha de la Liga 1, la pelota rodó este fin de semana en Perú. El equipo de Sporting Cristal le envió una camiseta firmada por todos los jugadores a la familia de Inti Sotelo Camargo, uno de los estudiantes asesinados en las marchas. Hinchas de Sporting Cristal se acercaron al velorio. “¡Inti, presente!”. Y en el partido ante Binacional, los futbolistas se pararon de costado mirando hacia el Congreso. “Nosotros estamos del lado del pueblo”, dijo el entrenador Roberto Mosquera. Los jugadores del club Carlos Mannucci se arrodillaron en forma de protesta, como el símbolo de Black Lives Matter, antes del partido ante Sport Boys. Reimond Manco, de Atlético Grau, le dedicó su gol a “los guerreros que perdieron la vida por defender nuestros derechos en democracia en un país que ya está harto de tanta corrupción”. “La comunidad del fútbol peruano ha tenido un perfil bajo en esta crisis -dice, sin embargo, Juan Carlos Ortecho, editor de Deportes de RPP Noticias-. Hubo voces para que el fútbol tuviera un mensaje de repudio y rechazo, pero se siguió jugando y pasó desapercibido. Más allá de las redes sociales, no hubo un mensaje contundente. Los futbolistas de la selección se abrazaron ante Chile en el himno, pero fue imperceptible: es común que se abracen. Nuestros futbolistas no tienen un sindicato fuerte. Es difícil que tengan espacios de expresión política”.

Juan Cominges, ex internacional peruano que jugó en Estudiantes de La Plata y Colón entre 2005 y 2006, es el actual coach de la selección que dirige Ricardo Gareca. Admirador de Fidel Castro y la Revolución Cubana, Cominges llama ahora a “no renunciar nunca a tu lado político” y a formar a “los jóvenes en la importancia de la participación ciudadana, en generar debates y diálogos culturales”. El futbolista de la selección que más asumió un rol político acaso haya sido Renato Tapia. “Somos un pueblo que por mucho tiempo ha callado pero sobre todo, olvidado -dijo Tapia, mediocampista central-. No podemos dejar que personas que no nos representan, nos gobiernen. Y sobre todo que quieran hacer un negocio de nuestra patria. Hay muchas cosas que no se saben, pero la información está a mano, está saliendo a la luz. Vamos a alzar la voz de protesta también nosotros”. Renato Tapia compartió denuncias por violaciones a los derechos humanos contra Merino y sus ministros de facto. Madre maestra primaria en una escuela de Lima, formado en Twente de Holanda, Tapia juega hoy en el Celta de Vigo de España. Tiene 25 años. Le dicen “El Capitán del Futuro”.