La noticia la ratificó en las redes sociales su amigo, el periodista Luis Zorzi: «Con mucho dolor les cuento que nos dejó nuestra querida amiga, maestra, compañera de muchas horas y días de radio. Buen viaje. Gracias por enseñarnos un camino y vivir la radio como una actitud de vida».

La locutora y periodista había consagrado su vida a su trabajo que comenzó a ejercer cuando tenía apenas 18 años. “Creo que nací adentro de la radio” dijo en 2009 al diario La Nación, donde declaró también que para ella trabajar en radio era algo tan natural como respirar.

Su voz inconfundible estuvo en casi todas las emisoras,  aunque su trayectoria también abarcó programas televisivos. Fue merecedora de diversos galardones entre los que se cuentan dos premios Martín Fierro, un Premio Konex, el Premio otorgado por la Sociedad Argentina de Locutores, la Cruz de Plata Esquiú y  el Premio Clarín que recibió tres veces consecutivas.  

Fueron hitos en su vida profesional los programas radiales, El buen día (Radio del Plata), La burbuja (Radio Belgrano), Las sietes Lunas (Radio Cotinental), Studio Fiat, Y a mí ¿por qué me escucha (Radio Splendid) y Siempre Betty (Radio de la Ciudad)

En televisión estuvo al frente de los noticieros 60 minutos de ATC y De 7 a 8 de Canal 9 con muy buena repercusión, pero el gran amor de su vida profesional fue siempre la radio.

En sus documentos figuraba como Deolinda Beatriz Bistagnino, pero terminó por llamarse con el nombre con el que se hizo conocida a través del micrófono. Contrariando la voluntad de su familia que entendía que la radio no era un medio adecuado para una mujer, se anotó en el Instituto Nacional de Enseñanza Radiofónica de donde egresó en 1959.

Hace apenas un año que había decidido dejar los micrófonos. En la última entrega de los Martín Fierro de radio, al subir al escenario Mariano Closs la mencionó a modo de homenaje y pidió por su salud.

El 3 de julio de este año, Día del Locutor, Elizalde dialogó junto a otra voz emblemática de la radio, Nora Perlé, con la periodista Silvina Chediek. En esa oportunidad manifestó: “La voz es un instrumento fantástico que te da la naturaleza y después tenés que trabajarlo, amar mucho lo que hacés”. A afinar ese instrumento y ponerlo al servicio de la comunicación dedicó los 60 años de carrera.