Esta madrugada, a los 59 años, murió víctima de un infarto la escritora Liliana Bodoc, autora de la trilogía Saga de los confines, con la que se consagró como una suerte de Tolkien vernácula. La saga está integrada  por «Los días del Venado» (2000), «Los días de la Sombra» (2002) y «Los días del Fuego» (2004). También en ese mismo año publicó el libro de cuentos infantiles Sucedió en colores. En 2008 publicó la novela El espejo africano y en 2009,  Presagio de Carnaval

Además de ser una gran escritora, merecedora de diversos premios y traducida a varios idiomas, era una persona muy apreciada en el medio literario. Tuve la suerte de conocerla personalmente cuando la entrevisté por la Saga. Luego coincidí con ella en algún viaje de trabajo. Esos contactos, aunque esporádicos, fueron suficientes para descubrir en ella a una persona sencilla y generosa, una verdadera trabajadora de la palabra. Me quedó grabado el lugar en que hicimos la entrevista, el más cálido y protector de la casa: la cocina, el espacio en el que más le gustaba estar. Hace de esto varios años. En ese momento se había establecido temporalmente en Buenos Aires por un cambio en el trabajo de su marido.

 Mi último recuerdo de ella es una despedida en el aeropuerto de Ezeiza. No recuerdo bien si volvíamos de la Feria del Libro de Guadalajara o de otro lugar. Sí recuerdo con nitidez, en cambio, la cordialidad de su saludo, su franqueza sin impostaciones que se le notaba en los gestos más pequeños. Fue un golpe duro enterarme de su muerte aunque no mantuviera con ella una relación de amistad. Era una de esas personas que siempre están presentes aunque no las veamos seguido. Acababa de volver, según dicen los cables, de la Feria del Libro de La Habana. 

Nació en Santa Fe un 21 de julio de 1958. Su familia se trasladó a la provincia de Mendoza cuando ella tenía cinco años. Abandonó los estudios secundarios que retomó años después, cuando ya se había casado y tenía dos hijos. También cursó por ese entonces la Licenciatura en Letras Modernas en la Universidad Nacional de Cuyo. En esa misma casa ejerció como docente de Literatura española y Argentina-

 Su primer libro fue el que abre la saga, Los días del venado. Ella tenía en ese momento 40 años. El último fue Elisa. La rosa inesperada, la historia de una joven que emprende un viaje desde su Santa Fe natal hacia Tilcara. Su obra fue traducida al alemán, francés, holandés, japonés, polaco, inglés e italiano. Ha recibido varios premios, entre ellos el White Ravens en 2002 y 2013. En 2016, la Universidad Nacional de Cuyo la distinguió con el título de Doctora Honoris Causa. 

En una nota aparecida en el diario de Mendoza Los Andes, se destaca su “sinceridad imbatible” que “está presente en sus textos y fue lo que la consagró como una de las escritoras que ´realmente hizo aporte nuevo al género de la fantástica´, según palabras de la inmensa escritora Úrsula Le Guin (fallecida hace unos días). Ursula Le Guin leyó los dos primeros libros de la Saga de los Confines gracias a Diana Bellessi, que se los hizo llegar. Ellas tenían una gran amistad que se tradujo en un libro común. Los leyó en español, porque tengo entendido que leía y hablaba muy bien el idioma. Luego mandó un email a la editorial. El editor, al principio, pensó que era una broma. Un correo de semejante nombre era algo extraordinario. Las suyas fueron palabras de muchísimo cariño y respeto por la obra, que luego ella reiteró varias veces a lo largo de estos 18 años que lleva la saga.” 

Hace varios años había adoptado la religión musulmana porque le interesaba la idea del desapego. Criada en una familia atea, en determinado momento de su vida sintió la necesidad de practicar una religión. 

También su madre tuvo una muerte repentina. Murió delante de ella luego de decirle que se sentía un poco mareada. Liliana tenía sólo 7 años. En los últimos tiempos había elegido vivir cerca de la montaña. El contacto con la naturaleza era para ella fundamental por lo que Buenos Aires le resultaba una ciudad imposible de habitar. 

Su muerte deja un enorme vacío, una suerte de orfandad en el campo literario y humano.