El año que terminó la Segunda Guerra Mundial, nació en Filipinas, Luis Eduardo Aute. Su llegada al mundo, años después significó un aporte enorme al mundo de las canciones, a la música popular y al arte en particular. Su partida este sábado, en un contexto de pandemia global, es un sacudón de tristeza.

Luis Eduardo Aute murió a los 76 años luego de haber  padecido un infarto cerebral. Venía de atravesar años difíciles luego de la deficiencia cardíaca que padeció en 2016 y que lo mantuvo alejado casi para siempre de los escenarios.

Fue uno de los compositores más prolíficos que tuvo la música de España, con canciones que hoy son un clásico, pero que marcaron diferentes momentos políticos y sociales de su país y de América latina. En 2011, en uno de sus últimos discos también se ocupó de dejar registrada la tremenda crisis que atravesó Grecia.

 “El cantautor Luis Eduardo Aute ha fallecido en el día de hoy en Madrid”, indicó en un comunicado la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) de España, citando “fuentes cercanas a su familia”, informaron las agencias de noticias.

Además de cantautor, Aute fue director de cine, guionista, actor, escultor, escritor, pintor y poeta. Sin embargo, las canciones son las que lo identifican en la memoria colectiva, registró 560 a lo largo de toda su carrera, entre ellas están “De alguna manera”, “Las cuatro y diez”, “Sin tu latido”, “Alevosía” y aquel himno antifranquista, “Al alba” que fue el tema que identificó a la toda una generación que atravesó la dictadura en España y que estuvo dedicado a las víctimas de los fusilamientos franquistas.

“En los estertores de la dictadura, y con condenados a muerte, con fusilamientos, con estados de excepción, con un clima insufrible, yo quería hacer una canción sobre un fusilamiento, sobre alguien a quien fueran a fusilar, e intenté escribirla pero no me salía”, explicó muchos años después Aute en una entrevista al portal Gurb Revista. “Quería que la canción pudiera pasar por la censura para que se pudiera grabar y se pudiera cantar, pero no me salía. Entonces abandoné la idea y me puse a hacer canciones de amor para otro proyecto y entre esas canciones estaba ‘Al alba’, que ni se me pasó por la cabeza que fuera una canción que tratara sobre un condenado a muerte al que iban a fusilar al amanecer. En aquellos años Rosa León cantaba muchas canciones mías y cuando le pasé estas para que eligiera las que quería grabar, escuchó Al alba y me dijo: esto parece una canción sobre alguien a quien van a fusilar. Ya en el año 75, la dedicó a los condenados a muerte que fusilaron el 27 de septiembre y a partir de entonces esa canción quedó vinculada definitivamente a los fusilamientos del 27 de septiembre”.

Su relación con la música se tornó definitiva a los quince años cuando aprendió a tocar la guitarra eléctrica. Apenas unos años después, publicó el álbum 24 canciones breves. Fue el primero de treinta. La condición de cancionista comprometido y popular lo llevó a relacionarse con la Nueva Trova Cubana y a mantener una estrecha amistad con Silvio Rodríguez. También cantó en más de una ocasión junto a Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina.

En el año 2000, un grupo de artistas registró un bellísimo homenaje en el forma de disco. Se trató de Mira que eres canalla, Aute, donde participaron entre otros, Serrat, Sabina, Pedro Guerra, Pablo Milanés, Javier Álvarez, Ana Belén, León Gieco, Fito Páez, Ismael Serrano, Elíades Ochoa, Silvio Rodríguez, Rosendo o José Mercé quien realizó una versión inolvidable de “Al alba”.

No es el único trabajo discográfico en su homenaje, el año pasado, un grupo de artistas, de una generación más nueva realizaron su propia versión del bellísimo Giralunas, uno de los últimos discos del músico. Fueron Xoel López, Rozalén, Depedro, Estopa, Leiva, Vanesa Martín, Andrés Suárez, Miguel Poveda o Soleá Morente los encargados de registrar ese trabajo.

Según la agencia AFP, Aute también colaboró con el rapero Haze en “Juego de niños”  y como poeta reunió su obra de cuatro décadas en Toda la Poesía (Espasa, 2017).

En el mundo del cine compuso bandas sonoras para películas dirigidas por Jaime Chávarri y Luis García Berlanga, entre otros, y también dirigió Un perro llamado Dolor (2001), un largometraje de animación donde homenajea a sus maestros del arte (Goya, Velázquez, Duchamp, Picasso o Frida Kahlo) y que le llevó cinco años de trabajo y cerca de 4.000 dibujos a lápiz.

En diciembre de 2018 se le hizo un sonado homenaje en Madrid, en el que participaron los grandes nombres de su generación como Silvio Rodríguez, Joan Manuel Serrat, Ana Belén, Joaquín Sabina y Víctor Manuel.

Su último disco, De la luz y la sombra, una grabación de conciertos anteriores en México y Madrid, se publicó en noviembre de 2018.

Muchos de sus colegas los despidieron en las redes sociales apenas supieron de su muerte. “’Quien no tenga sueños que se disponga a tener dueños’. Descansa maestro”, escribió el cantante Alejandro Sanz en su cuenta de Twitter. “Se ha ido uno de los más grandes autores”, definió el cantautor español Ismael Serrano. “Tuve la suerte de estar a su lado unas cuantas veces. Doy gracias la vida por esa oportunidad. Yo trataba de aprender de él. De su honestidad, de su compromiso e independencia”.

“Hay un sistema que está intentando imponerse, un neoliberalismo feroz, donde el objetivo es que los ciudadanos tengan cada vez menos derechos y que los poderosos tengan cada vez más. Es el manual del neoliberalismo”, dijo el artista, hace tres años en una nota.

Horas antes de conocerse su muerte, en España, el país que lo cobijó toda su vida, ya llevaba 11.744 muertos por el coronavirus, esa pandemia que develó en gran parte del mundo las deficiencias de las políticas neoliberales.

Se fue Aute, el más exquisito, el más sensible de toda su generación.