Fue hallado muerto de un balazo en la bañera de su casa del partido bonaerense de San Martín. Osvaldo Hugo Raffo era uno de los más prestigiosos médicos forenses. Dejó una nota que tomaba tan drástica decisión, la de quitarse la vida, porque no soportaba más los dolores que le producía una severa enfermedad que padecía.

Vivía solo, su casa fue encontrada sin el menor signo de violencia cuando Raffo, de 87 años, fue hallado sin vida por una asistente. Justamente, junto con la nota en la que confesaba el suicidio le indicaba a la mujer que no ingresara sola al baño: «Silvia, no te asustes. No subas sola. Dios te guarde», decía. El arma utilizada fue, al parecer, un revólver calibre 38.

La causa quedó a cargo de la fiscal Fabiana Ruiz de la Unidad Fiscal 2 de San Martín.

Aún polémico y controvertido, Raffo fue uno de los más prestigiosos exponentes argentinos de su especialidad, era considerado un maestro por sus colegas y contaba con una foja de más de 20 mil autopsias y la intervención en los casos policiales más trascendentes de las últimas décadas: la muerte del fiscal Alberto Nisman; la investigación del asesinato del conscripto Omar Carrasco, en el femicidio de Alicia Muñiz a manos de Carlos Monzón y la segunda fase del caso del asesinato de Nora Dalmasso, así como examinó en decenas de ocasiones a Carlos Robledo Puch. Empezó a dedicarse a esta especialidad en 1963. Durante el verano del 2014 intervino en el caso Nisman a pedido de la jueza Sandra Arroyo Salgado. Luego, se retiró, ya un jubilado de la Caja de Retiros de la Policía Bonaerense.