Pianista, compositor y docente nacido en 1980 en Chivilcoy, Santiago Torricelli acaba de publicar Cercanía, su primer disco al frente de su ensamble.

Fundada en 2015, la agrupación que registró la flamante placa está integrada por Elizabeth Ridolfi en viola, Agustín Barbieri en percusión, Manuel Rodriguez Riva en clarinete y clarón y Federico Salgado en contrabajo (reemplazado recientemente por Sebastián de Urquiza) y el propio Torricelli en piano, composición y arreglos.

Desde los primeros compases de «Opiniones encontradas», la pieza que da comienzo al álbum, se percibe un claro trabajo instrumental asociado a géneros de raíz folclórica argentina en el que los arreglos se orientan a sonoridades de cámara.

Esta característica, presente en todo el disco, es un indicio de la la inteligencia con la que el músico logra el aprovechamiento de los recursos de los instrumentos del ensamble, como queda demostrado en la vibrante «Sombra de vidala», en la que los diversos cambios de dinámica y tensiones la transforman en una obra de variadas sorpresas sonoras que, además, permite observar el notable dominio como ejecutante.

Las restantes composiciones instrumentales de Torricelli se enmarcan dentro de la misma dinámica. Un claro ejemplo de esto son  «Cuando entonces», una delicada obra en la que asoman sutiles destellos de jazz, o «Relato en tiempo real», compleja y extensa composición con guiños a la música rioplatense, en la que participa como invitada Lucía Herrera en violín.

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Roxana Amed es la encargada de poner su voz a la conmovedora «El otro camino», del recordado Raúl Carnota. Su canto es acunado con un arreglo en el que la viola de Ridolfi juega con la emotiva melodía cantada por Amed.

«Cruz» de Coqui Ortíz encuentra en la voz de Silvia Juan Bennazar una intérprete que traduce el espíritu de la canción, la que una vez más es tratada con un delicado trabajo en los arreglos, los que potencian el signo melancólico del tema.

«Solo mi corazón», recopilación de Leda Valladares, sorprende por su tratamiento rítmico que lo lleva a un territorio más cercano al jazz, sin que por esto pierda el sabor folklórico, acrecentado por la interpretación vocal de Paula Maffia.

«Fuera de estación», la canción de Alejandro Guyot y Edgardo González, interpretada de manera convincente por Nicolás Rainone, se desliza por un ritmo valseado que encuentra inspiración jazzística, fundamentalmente por la labor del contrabajo y la batería.

Santiago Torricelli consigue en este trabajo demostrar su gran capacidad para otorgar, tanto a obras instrumentales como cantadas, una marcada impronta personal. El equilibrio que consigue entre los instrumentos de la agrupación mediante arreglos que no escapan a las complejidades y que, de pronto, desembocan en aguas más serenas, demuestra un gran dominio de las estructuras de cada obra. A todo esto se debe sumar su gran nivel como pianista, lo que transforma a «Cercanía» en un sorprendente recorrido por los senderos audaces y renovados de la música de raíz folklórica argentina.