¿Quién es esta chica que empezó su carrera cantando en hoteles y haciendo covers en Youtube y ahora revoluciona al público alrededor del mundo con su talento y desparpajo libre de prejuicios? Dejó la Argentina como Natalia, siendo casi una niña, para volver algunos años después convertida en Nathy, nombre en el que la h ya no es muda sino símbolo del histrionismo que caracteriza su personaje.

Los primeros murmullos que la instalaron en la escena como una de las músicas más influyentes del momento tuvieron lugar en España, país que dio la bienvenida a su familia en un momento difícil de sus vidas y en el que, por ahora, sigue viviendo. A partir de ese altísimo impulso local, sus shows comenzaron a viajar alrededor del mundo agotando localidades en cuestión de horas.

A Nathy no le gusta catalogarse musicalmente, sabe lo que está haciendo hoy pero no lo que va a hacer mañana. Cuando dice “me gustaría poder rapear en una base de tango” deja en claro que la mezcla de estilos no es su limitación sino su potencia. Y así fue que a principios de este año, la salida de su primer EP “La sandunguera” (el primero había sido en realidad una compilación de singles de 2017) invitó a sus seguidores a correrse del rap y el hip hop para adentrarse en el funk, el soul y el r&b.

“Mi misión en la música es repartir el amor que tengo adentro mediante el arte, mediante lo que el mundo me brinde como posibilidad, esa emoción, eso que no se puede palpar”. Nathy habla del respeto a la música como forma de expresión que conecta con el costado más humano y sensible de la existencia. Se le escapa por momentos la palabra devoción, y al darse cuenta afirma entre risas y sin tapujos que la música es su religión. Sus beats son los de un corazón que no tiene miedo en surfear la potencia de la vida. Quizás por eso se la ve llorando en la tapa de su disco, gritando “Estoy triste” en plena canción.

Además de tener una voz magnética, Nathy se reivindica como letrista, y elige ser la portavoz de su propio mensaje. “Comía pan con aceite y sal, trabajaba explotadísima de camarera y volviendo a casa a las 3 am un día pensé la letra de lo que luego fue Esmeralda, mi primer tema, y eso me llevó a pensar que todo lo que escribo es un antes y un después, reveló mi persona y mis inspiraciones, que son las cosas que me componen”.

A pesar de haber vivido la mayor parte de su vida en España y de asumirse un espíritu nómade, reconoce su infancia en Buenos Aires como la raíz que marcó a fuego una pertenencia latina de la que rescata el sentimiento y la pasión: “yo fui criada libre, sin vendas en los ojos, respetando todo lo que se me ponga por delante y viviendo de una manera sincera”. Y si hay algo que la caracteriza, es que Nathy se encarga de remarcar en cada letra y entrevista que hace lo que se le da la gana, no le importa el qué dirán, y no tiene miedo de defender su talento tirando por la borda una falsa modestia a la que considera una cárcel.

En Argentina, su single “Corashe” no sólo batió récords (suma más de tres millones de reproducciones en Spotify) sino que se desplegó en carteles, banderas y hasta tatuajes como un símbolo más de la lucha feminista. “Te hace falta corashe” le grita Nathy a quien la hizo sufrir, y aunque a veces por la distancia parece costarle comprender del todo la dimensión política revolucionarla de lo que sucede en la Argentina con el movimiento de mujeres, su primer show en Niceto Club terminó con el icónico pañuelo verde de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito en el aire y una ovación agradecida por el gesto.

Mientras se prepara para dar los últimos recitales de su gira argentina en la Ciudad de Buenos Aires, Rosario y La Plata –el periplo sudamericano arrancó por Paraguay, siguió en Chile e incluyó en su primera etapa aquí la provincia de Córdoba a sala llena–, el boca en boca acerca de la calidad de sus shows no para de crecer. No es posible saber qué caminos elegirá transitar Nathy Peluso en el largo trayecto artístico que tiene por delante, pero a pesar de que algunxs detractores (nunca faltan) la piensen camaleónica, queda claro que lo mejor siempre será nombrarla mutante.


-Nathy Peluso se presentará el miércoles 28 a las 20 en Ciudad Cultural Konex, Sarmiento 3131.