La máxima preocupación de Nicolás Cabré es llevar a su hija a natación. Sabe muy bien que eso en un país como el nuestro es un privilegio. Por eso valora haber aprendido de los grandes artistas que se le cruzaron en su carrera: Alfredo Alcón, Darío Grandinetti, Oscar Martínez y Ricardo Darín, entre otros. «Creo que algo de ellos me fue quedando. Le doy mucha importancia al laburo, dejo todo, pero también valoro mucho lo familiar. Nunca hay que perder ese norte», destaca el actor. La trayectoria de Cabré ya permite suponer que él también puede ser una influencia para otros colegas. Pero ante la consulta responde con un gesto esquivo y asegura que no lo sabe.

Esta semana Cabré vuelve a la pantalla chica con Tu parte del trato, una miniserie de ficción con tintes de thriller y mucho misterio. Interpreta a un joven talentoso y de gran ambición, que se ve envuelto en una maraña de venganzas de la cual no podrá salir. La nueva apuesta de TNT, Polka y El Trece exhibe a un Cabré con un registro bastante diferente al histrionismo con el que hizo una marca registrada. Tu parte del trato es una producción de ocho episodios, escrita por Guillermo Amoedo y dirigida por Jorge Nisco. Justamente Nisco fue el primero que dirigió a Cabré al empezar en Polka, en 1996. «Me dio confianza saber que él me conoce hace muchos años y que su opinión y sus aportes serían para sacar lo mejor de mí. Eso hizo todo más fácil», reconoce el actor.

Para Cabré resultó imposible rechazar esta propuesta «por la calidad general, por quienes participaban y porque es la nueva manera que tiene la televisión de mantenerse competitiva. Con historias de calidad, cuidadas desde lo estético y con ritmo. Me gusta ser parte de estos laburos porque sólo te tenés que enfocar en transformarte en tu personaje porque sabés que todo lo demás va ir bien».

Tu parte del trato también incluye las participaciones especiales de Eleonora Wexler y Jazmín Stuart. Carlos (Cabré) soporta los constantes maltratos de su jefe, que no reconoce sus habilidades y promoverá a un empleado sin preparación técnica. En su desesperación, se dejará llevar por la propuesta de una mujer en apariencia inocente y su vida cambiará para siempre. Esa mujer intrigante es Patricia Arriola (Stuart), cuya verdadera razón de ser recién se verá al final de la historia.

Lo que más le gusta a Cabré del guión es la audacia con la que administra la información: «No se sabe por qué este pibe está metido en este quilombo. Todo se va develando muy de a poco. Es un género raro, nunca sabés quién es quién y no sabés cuál es el motivo que mueve a los personajes hasta el final. Pero es una historia noble, que no te tira info imposible de deducir faltando dos segundos, sino que maneja muy bien las sutilezas».

Para Cabré, el lugar que ocupan los actores o su labor depende de la aceptación que tengan, por lo que siempre están bajo la mirada de los otros. Pero no considera que sea algo que tenga que tener en cuenta a la hora de trabajar. «Durante muchos años hice comedias y la gente se me acercaba para decirme que se reía con las boludeces que hacía. Pero las que más me llegan son las personas que me dicen gracias por hacerme reír. En ese tipo de gestos entendés que a veces tenés una función. Les sacás los problemas de la cabeza y los entretenés. Pero eso sucede a veces, no todo el tiempo, y nunca puede ser buscado. Uno no puede decir ‘dejá que yo me encargo de que la gente no sufra’. Lo que le pasa en la casa o en el laburo influye pero no sabés. Uno trata de dar lo mejor en cada proyecto, pero puede funcionar o no. Yo no estoy para darle equilibro al país; si ayuda a alguien lo que hago, genial. Pero en el fondo es una boludez. Si hago que me caigo y te reís, en ese momento te la hago pasar bien, pero tampoco soy mago y hago desaparecer problemas», advierte

Por estos días Cabré también trabaja en la versión teatral de la célebre película escrita y dirigida por Billy Wilder, Departamento de soltero. Esta comedia romántica, que se puede ver en el Teatro Lola Membrives (Corrientes 1280) de miércoles a domingos, aborda desde el humor temas como el machismo, la dignidad y el auténtico amor. Cabré encarna a un modesto y también ambicioso empleado de una compañía de seguros que facilita su departamento para citas amorosas a sus superiores a cambio de recomendaciones para mejorar su situación laboral.

«Me gusta mi personaje porque está en un lugar en el que debe elegir entre su empleo o luchar por su amor. Esas dicotomías parecen sencillas desde afuera, pero suelen resultar bastante más complejas en la vida real. La verdad es que me resulta muy divertido hacer esta obra», dice el actor que con casi 40 años parece vivir una madurez profesional. Aunque aclara: «Las preguntas y las dudas siempre están al arrancar cualquier proyecto. Pero mi desafío es intentar no apoyarme en las patas que yo sé que uso en una emergencia. Cuando no encuentro la vuelta, la tentación es ir a lo seguro. Pero ahí es cuando trato de parar la pelota, seguir buscando y con esfuerzo y un poco de suerte encontrar algo nuevo. Siempre me apoyo mucho en el director y mis compañeros, es la mejor forma de trabajar».

El perfil de Cabré es más bien reservado y arisco a las entrevistas. No se recuerdan declaraciones políticas de su parte. Si se le pregunta la razón, sin cambiar la expresión de su rostro, contesta: «No me meto porque no la tengo clara ni se cómo se maneja. Tampoco creo que mueva la aguja para nada que yo te diga lo que pienso. Me parece lo mismo decir algo que no decirlo. No digo que lo que hago yo está bien, pero sé que mucha gente se siente igual. Entiendo y respeto a quien apoya y pelea por lo que cree que es justo. Está muy bien. Pero a mí no me nace, en mi familia había peronistas y radicales, y si se armaba una polémica saltaba mi abuela y decía: ‘En esta casa de política no se habla’. Algo de eso me quedó, supongo. Obvio que no me gustan las injusticias, que hay muchas y son notorias. Pero tampoco me  gustan los que te dicen: ‘Mirá, las cosas son así. Yo te voy a enseñar’. Hoy todos opinan y no sé cuántos de nosotros pueden realmente resolver problemas. Está complicado en todos lados». «

Una señora de alta sociedad y muchos secretos 


La historia tiene un ritmo vertiginoso y el suspenso está muy bien manejado desde el principio. Eso fue lo que atrapó a Eleonora Wexler y la hizo darle el sí a Tu parte del trato. Cuando le llegaron los guiones, la actriz estaba en España participando de una serie producida por Antena 3. «Al principio dudé, pero una vez que arranqué a leerlos me di cuenta de la calidad y me enganché. El ritmo, las pequeñas claves que van apareciendo y cómo se resuelven me dejaron deslumbrada. Me gustó mucho la historia, más allá del personaje que me tocó», cuenta la actriz.
Wexler encarna a una señora de alta sociedad, muy correcta, pero que esconde secretos y será víctima de una venganza por parte del personaje de Jazmín Stuart. «La verdad es que aprendí un montón de todos los que participaron y me ayudó a seguir creciendo como persona y actriz. Me apasiona encarar desafíos como estos. Además, en esta historia todas las mujeres tenemos papeles fuertes, potentes, determinantes. Mi personaje, el de Jazmín, el de Carola Reyna, el de Silvia Kutika… Eso siempre está bueno, más en estos tiempos de cambios de paradigma», destaca.
Wexler considera que el lugar de las mujeres hoy en realidad va marcando el camino para generaciones futuras: «Esto será para mi hija, nosotras nos criamos en otra coyuntura, pero está bueno que lo que alguna vez era automático hoy ya no lo sea: es muy importante que las mujeres reclamemos y tengamos espacios igualitarios».
La actriz también cree que su oficio demanda un aprendizaje constante: «Ya sea tele, teatro o cine, debemos generar algo en los que nos miran. Hacer reír, emocionar, reflexionar, lo que sea que la historia sugiera. Hay que tratar de meter al otro en un mundo distinto. Para lograrlo me esfuerzo y trato de aprender todos los días».

Tu parte del trato

Protagonistas: Nicolás Cabré, Jazmín Stuart y Eleonora Wexler. Estreno: martes 29 a las 23 por TNT y miércoles a las 23:45 en El Trece. Disponible desde el jueves en Flow.