Durante nueve años, Nicolás Kicker intentó lograr un título ATP. Nunca pudo atravesar los cuartos de final, su mejor actuación en Río de Janeiro, Lyon y Hamburgo, todos en el 2017. Acumuló 13 campeonatos, todos en Challengers (3) y Futures (10). Su objetivo quedó suspendido en el tiempo el 19 de junio de 2018 cuando la Unidad de Integridad del Tenis (TIU) lo sancionó por arreglar un partido. Por dejarse ganar. Estuvo 988 días sin entrar a competir a una cancha de manera oficial. “Me arruiné la carrera”, dijo durante su larga espera, después de confesar que perdió a propósito en los Challengers de Pádova (Italia) y Barranquilla (Colombia), ambos en 2015. Sin ránking ni puntos, «La Fiera» -como llaman al jugador de Merlo, hincha de Vélez, de 28 años y 165 centímetros- está otra vez en actividad. 

El Buenos Aires Lawn Tennis fue el escenario del regreso con la participación en la PreQualy y el PreTournament del Argentina Open. La resurrección acaso terminará de darse desde mañana en el comienzo de la tercera edición del Córdoba Open, primer torneo ATP desde su reaparición. La chance para sumar sus primeros puntos después de más de 32 meses. De la camada de 1992 como Kicker, Diego Schwartzman arranca como máximo favorito del torneo. Aunque Kicker fantasea con un batacazo. “¿Mínimo? Llegar a la final. Sino ni vengo, olvidate. Me gustaría salir campeón. Voy a todos los torneos con esa ilusión”, cuenta desde Córdoba, en medio de un descanso y la sesión de ejercicios con el kinesiólogo. Quiere aprovechar su segunda oportunidad que, por la pandemia, empezó en su país en lugar de Túnez, donde estaba planeado el regreso hasta que el maldito virus también barrió con los torneos. 

-¿Cómo fue volver a jugar después de casi 3 años?

-Hacia mucho que no sentía estas sensaciones. Arranqué jugando el Pre-Qualy para el ATP de Buenos Aires. Estaba muy nervioso. A medida que fueron pasando los games contra Lucio Carnevalle, me fui sintiendo muy bien. En un momento, le pregunté a Roberto Alvarez (NdR: el rovin umpire, una especie de árbitro para todos los partidos al no haber jueces de silla ni línea en el torneo) si faltaba un game más para el cambio de bolas. No sé por qué, en cuanto iban pasando los puntos en el game, pensé que iba a ganar el partido. Que terminaba. Y festejé como si hubiese terminado. Me saqué la vincha, grité, todo. Ahí vi que mi entrenador y el preparador físico me decían “Falta un game, te falta uno”. Imaginate la ansiedad que manejaba en ese momento. Cuando gané con el doble 6-0, me puse a pensar todo lo que pasé, el tiempo suspendido, lo que banqué y es increíble. Me sorprendí de mi mismo. Ahora estoy para seguir sumando. 

-¿Cuántas veces imaginaste ese partido de vuelta?

-Uh, lo soñé un montón de veces cuando estaba suspendido. Pensaba cómo iba a hacer, contra quién me iba a tocar. Se generan muchas incertidumbres y expectativas. Lo bueno es que seguí soñando y cuando hay sueños, también hay deseos. Y quiero cumplirlos. 

-¿Cuáles son?

-¡Todos! Ganar un ATP, estar entre los 30 mejores del mundo, por ejemplo. Es un camino largo. Voy partido a partido, torneo a torneo, paso a paso, como dijo Mostaza Merlo. Estoy tratando de disfrutar esta segunda chance que es algo muy lindo y lo estoy viviendo con la mayor felicidad posible. 

-¿Cómo trabajaste la espera?

-Lo laburé mucho con Mariela García, mi psicóloga. Hacíamos visualizaciones y otros ejercicios. Tengo, además, el apoyo de mi familia. Le dediqué mucho tiempo a Bastian, mi hijo de 8 años. Hubo días más densos, pero tuve tiempo de disfrutar de mi hijo, de hacer proyectos y seguí entrenando todos los días. El tiempo se me pasó rápido. Mis prioridades fueron volver a jugar al tenis y disfrutar de mi hijo. Pudimos ir a esquiar, fuimos de vacaciones y compartimos muchos momentos. En ese sentido, fue increíble. 

-¿Mirabas tenis?

-Sí, de vez en cuando a (Guido) Pella, a Diego (Schwartzman) y alguna que otra final. Seguía un poco a los chicos. No mucho, porque nunca fui de mirar mucho tenis. Soy más de ver fútbol. A veces picaba el bicho de querer estar ahí. Estaba suspendido y me moría de ganas de estar. Pero me la banqué bastante bien. 

-¿Hiciste algo más para calmar la ansiedad?

-También corrí carreras de 10, 15 y 21 kilómetros. Le metí bastante a eso. No llegué a hacer maratón, porque me parecía bastante, excesivo. Le dediqué mucho tiempo al tenis igual. Trabajamos con distintos objetivos. El primer año de la suspensión me concentré en mantenerme, en no irme para otro lado ni dejar de jugar. Después empecé a entrenar cosas más específicas como la volea, el saque, el slice de revés y otras cosas. 

-¿Cómo es volver a empezar a los 28 años?

-El camino ya lo viví, lo hice y sé por dónde es. Es largo, pero estoy volviendo al ruedo. Quiero sacar los puntos ATP para poder entrar a los Futures. Hay que tener humildad y querer ganar cada vez que me toca entrar a la cancha. 

-¿Qué fue lo más duro?

-A la distancia, lo más duro fue no poder competir y trabajar de lo mío. Es lo que amo. Entrenaba, entrenaba, entrenaba y no podía ejercer mi profesión. Es muy duro. A veces uno comete errores y de eso hay que aprender. 

Mientras cumplía la condena, Kicker se entrenó con otros profesionales como el uruguayo Pablo Cuevas, Pella y Schwartzman. El primer año de la sanción también lo atravesó con otro proyecto: incorporar canchas de fútbol de pasto sintético en el club Kicker Klub Haus, la empresa familiar de Ricardo, su padre y profesor de tenis hace más de 35 años. Nunca dejó de jugar. “Siempre estuve en contacto, iba a las academias y entrenaba con cualquier chico. No es que tiré una bomba de humo y desaparecí: estaba muy vinculado”, remarca cada vez que puede. Su caso no es el único en el deporte blanco. Al contrario, cada vez aparecen más. En diciembre, el argelino Aymen Ikhlef, cuyo mejor ránking fue 1739, recibió una suspensión de por vida del TIU al descubrir múltiples infracciones. Unos días antes, el 1 de diciembre el español Enrique López Pérez había sido castigado con ocho años sin jugar. El negocio de las apuestas también terminó con la carrera del austriaco Daniel Koellerer, el primero en la historia en recibir una pena de por vida. 

-¿El tenista es el eslabón más frágil dentro del sistema de apuestas y arreglos de partidos? 

-Por lo que se ve que está claro que sí, el tenista es el más perjudicado. Pero uno sabe lo que está bien y lo que está mal. También en un momento somos chicos, hay muchos que no llegan al máximo nivel, es un deporte muy costoso, de sacrificio familiar y del cuerpo como herramienta de trabajo. Muchas veces se vuelve complejo. 

-¿Cómo se trabaja para que no haya más arreglos de partidos?

-Ojalá tuviera una solución. Es un tema complicado, muy difícil y no me creo capacitado para hablar de eso. Me encantaría tener una solución para aportar. 

-¿Te preocupa el cómo te ven o la etiqueta que queda por la sanción?

-Un poco me resbala. Estoy tranquilo, camino con la cabeza en alto. Ya está, todos cometemos errores. Mucha gente comete errores todavía más graves y anda en la vida como si nada. Pero es una situación que ya pasó: pienso en lo que viene.

De Córdoba a Buenos Aires: se vienen dos semanas a puro tenis

Con Diego Schwartzman (9° en el ranking mundial) como principal figura, este lunes comienza la tercera edición del Córdoba Open, en el predio del estadio Mario Kempes. Al certamen cordobés le seguirá luego el ya clásico Argentina Open, en el Buenos Aires Lawn Tenis porteño, para culminar dos semanas a puro tenis en nuestro país. Por el contexto de pandemia será la primera vez que ambos torneos se jueguen sin público en las canchas. ESPN, cuando no, será el canal que transmita el Córdoba Open, que además de a Schwartman tendrá a los siguientes top 100: 9. Diego Schwartzman (Argentina); 28. Benoit Paire (Francia); 42. Miomir Kecmanovic (Serbia); 44. Guido Pella (Argentina); 46. Albert Ramos-Viñolas (España); 56. Laslo Djere (Serbia); 59. Pablo Andújar (España); 68. Dominik Koepfer (Alemania); 70. Pablo Cuevas (Uruguay); 76. Salvatore Caruso (Italia); 77. Federico Delbonis (Argentina) y 79. Marco Cecchinato (Italia), 81. Juan Ignacio Londero (Argentina); 83. Thiago Monteiro (Brasil); 87. Pedro Martínez (España); 92. Federico Coria (Argentina) y 97. Roberto Carballes Baena (España). Para el de Buenos Aires también se sumarán el chileno Cristian Garín (22) y la última novedad: el norteamericano Frances Tiafoe (64). Este 2021, por primera vez luego de 34 años, desde que Gabriela Sabatini se consagró en 1987, habrá también en Argentina un torneo oficial WTA de tenis femenino. Será en noviembre, en el Buenos Aires Lawn Tenis,