A diez días de que se defina finalmente la conducción de la CGT, un sector del movimiento obrero que forma parte de esa central obrera lanzó ayer en el microestadio de Ferro la Corriente Federal de los Trabajadores. Con las tribunas y el campo completos, más gente siguiendo los discursos desde el resto de las instalaciones del club, el nuevo agrupamiento sindical ratificó la postulación del secretario general de La Bancaria, Sergio Palazzo, para integrar el triunvirato que conducirá la CGT.

La postulación de Palazzo pretende forzar un lugar en una negociación que parece cerrada: con el moyanista Juan Carlos Schmid, Héctor Daer por la vertiente de Antonio Caló y el barrionuevista Carlos Acuña en cada uno de las tres vacantes. “Hay que elegir una conducción colegiada y lo más amplia posible para contener a la totalidad de los sectores del movimiento obrero”, exhortó Palazzo.

En un discurso muy duro y muy aplaudido, el secretario general de La Bancaria definió a la administración de Mauricio Macri como “el gobierno de los ricos”, y acusó a la gestión macrista de olvidarse de “trabajadores, desempleados y los nuevos desocupados que generan las actuales políticas”. En el acto se presentó un programa de acción de cuatro páginas, titulado “Por una vida digna con trabajo argentino, un movimiento sindical unido y con propuestas”. En el documento se define al macrismo como “un modelo de ajuste de cuentas contra los trabajadores, el pueblo y la Nación argentina”, expresado por “la oligarquía ganadera, el sector financiero, las grandes empresas multinacionales y las empresas cartelizadas”.

La decisión de presentar una plataforma de gobierno y de acción frente a una multitud retomó una vieja tradición del sindicalismo peronista, que atravesó momentos cruciales de la historia argentina con documentos que luego se hicieron famosos, como Huerta Grande (1957), La Falda (1962) y los 26 puntos de la CGT comandada por Saúl Ubaldini (1986). En el acto también se reconoció la lucha del Movimiento de Trabajadores Argentinos (MTA) en los años ’90, un período clave para la proyección nacional del entonces secretario general de Camioneros, Hugo Moyano.

Al final del acto, Palazzo condenó “los despidos políticos e ideológicamente persecutorios” y dejó abierta la posibilidad para que varios sindicatos exijan la reapertura de las paritarias. “La inflación ya superó el acuerdo oportunamente obtenido”, fundamentó. El líder de La Bancaria, que agrupa a 107 mil afiliados a lo largo del país, también cuestionó la intención de Cambiemos de acercar a la Argentina al acuerdo de libre comercio del Pacífico. “Provocará la caída del empleo y la libre importación”, advirtió. En el microestadio de Ferro se vieron banderas del sindicato de curtidores de cuero, que encabeza Walter Correa; de la Federación Gráfica Bonaerense, uno de las organizaciones claves en el armado de esta corriente sindical; el gremio SECASFPI, de trabajadores de ANSES; de los judiciales de SITRAJU, conducido por Vanesa Silley; los docentes privados de SADOP, y el gremio de Farmacia.

Aunque el cierre del acto estuvo a cargo de Palazzo, por el micrófono se habían turnado otros oradores, como Ilda Bustos, del sindicato gráfico cordobés y referente de la CGT de esa provincia; Pablo Reguera, del sindicato de Obreros y Empleados Aceiteros (SOEA) de San Lorenzo, y Horacio Ghillini, de Sadop y representante del llamado MTA núcleo fundacional. También habló Héctor Amichetti, de Gráficos.

Los gremialistas que se sucedieron en el escenario aclararon que el documento de la Corriente Federal de los Trabajadores será llevado al congreso normalizador de la CGT del 22 de agosto, con la pretensión de que sea adoptado por el resto de las organizaciones gremiales.