A medida que se acerca el 30 de noviembre, fecha del inicio de la cumbre de jefes de gobierno del G20, se exacerban más los ánimos entre los países que ya vienen enfrentados por el comercio.

Este martes fue pródigo en señales de alerta. Primero, el diario financiero estadounidense Wall Street Journal publicó en su edición matutina una entrevista al presidente Donald Trump en la que señaló que era «altamente improbable» que suspendiera un aumento del 25% en los aranceles a ciertos productos chinos cuya importación alcanza un valor de 200 mil millones anuales. Esa decisión entrará en vigencia apenas un mes después del final de la cumbre de Buenos Aires, el 1 de enero. Trump también amenazó con elevar los aranceles al resto de las importaciones chinas y enfatizó que China “debe abrirse a la competencia con los Estados Unidos”.

Más tarde, Larry Kudlow, director del Consejo Económico Nacional, fue concreto al expresar su escepticismo sobre los resultados de la reunión entre Trump y el presidente chino Xi Jinping.

«Estoy muy decepcionado y sé que el presidente está extremadamente decepcionado, y por lo tanto, la cena del sábado por la noche… es una oportunidad para pasar una nueva página, abrirse paso», dijo Kudlow ante la prensa en Washington. «El presidente Xi puede intensificar y presentar nuevas ideas para nosotros».

Si bien en ciertos ambientes se sugirió que estas opiniones forman parte del estilo Trump de presionar para negociar mejor, parece que esta vez hay algo más que estratagemas.

Un síntoma de esto es el comportamiento de los especuladores en relación a sus tenencias de contratos de futuros de soja en Chicago. El lunes vendieron parte de sus tenencias lo que derivó en una caída del precio de la soja de hasta el 2% en el caso de los contratos a diciembre próximo. La evaluación de los especuladores es que no habrá acuerdo y China mantendrá los aranceles del 25% a la importación de soja de EEUU, con lo que sobrará poroto en América del Norte y su precio bajará más aún.

Desde el otro lado del mundo, analistas internacionales citados por el South China Morning Post coincidían en que “las actuales presiones de China implican para Xi un dilema: o hace concesiones concretas, o las enfrenta”, dijo Shi Yinhong, experto en relaciones internacionales en la Universidad Renmin, en Beijing.

En respuesta a los comentarios de Trump, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Geng Shuang, dijo el martes que Beijing esperaba encontrar una solución con Washington en la cumbre del G20, pero sostuvo que China defenderá sus intereses. «La parte china está dispuesta a resolver los problemas comerciales (con EEUU) a través de un diálogo serio y que se base en los principios de igualdad e integridad», dijo Geng. «Pero también defenderemos resueltamente nuestros intereses», consignó el diario de Hong Kong.

Con todo, los analistas consideran poco probable que Beijing tome alguna acción concreta en algunas de las demandas clave de Washington, en particular sobre los subsidios a laproducción, el apoyo a sus empresas estatales y su plan de modernización industrial.

Los funcionarios chinos han advertido, además, que no negociarán bajo lo que consideran una amenaza de aplicación de aranceles el 1 de enero.

Kudlow agregó ante la prensa que «la decepción (en Buenos Aires) podría llevar a acciones adicionales». El asesor confirmó lo que adelantó Tiempo en su suplemento especial del último domingo, en el sentido de que Trump y Xi compartirán en compañía de una cantidad de ayudantes una cena en Buenos Aires tras el cierre de la cumbre del G20.