Ante la inacción del juez federal Julián Ercolini, el fiscal Federico Delgado reiteró su pedido de indagatoria por delitos de lesa humanidad para el cura Emilio Grasselli, capellán del Ejército y secretario del vicario castrense Adolfo Tortolo.

El fiscal insistió ante Ercolini un año y medio después del primer pedido, en septiembre de 2014. «Debemos insistir con que existe mérito suficiente para que Emilio Grasselli sea intimado conforme lo establece el artículo 294 del Código Procesal Penal ante la sospecha razonable de la comisión de un delito», escribió Delgado.

¿De qué se lo acusa? La causa contra el religioso, que aún da misa en la Parroquia de Nuestra Señora de Luján, del barrio de Belgrano, está caratulada como «averiguación de delito».

Como secretario de Tortolo, Grasselli recibió a miles de familiares de secuestrados y desaparecidos en plena dictadura, como Estela de la Cuadra, María Isabel ‘Chicha’ Mariani y Elsa Pavón, quienes le pedían información sobre sus seres queridos.

«Graselli recibía a mucha gente, tomaba notas, se restringía a hacer muchas preguntas (sobre todo respecto a su militancia y compañeros) y en caso de tener datos informaba si estaba con o sin vida. De algunos testimonios se desprende que tenía información que los propios familiares no le daban como por ejemplo la condición de embarazo de la mujer desaparecida», explicó el fiscal.

«Resulta innegable que Graselli obtenía información tanto de los propios familiares como de las Fuerzas Armadas, gracias a su posición privilegiada. No está tan claro qué hacía con esa información además de registrarla en sus fichas, además de preguntarle a él se impone preguntarles a las autoridades eclesiásticas. Asimismo, su intervención en miles de casos hace obvio que incluye gran espectro del circuito represivo, es decir múltiples centros clandestinos de detención», agregó.

Otras causas. Grasselli también es investigado en la causa ESMA, ya que aparece como titular de la isla El Silencio, en el delta de Tigre, utilizado como un anexo del centro clandestino de detención de la ESMA para ocultar a los detenidos desaparecidos ante la visita de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Además, está acusado en la megacausa Campo de Mayo, ya que varios nombres de su famoso fichero fueron desaparecidos en ese circuito represivo.