Las industrias que critican el modelo económico de Cambiemos volverán a la carga este martes, en una reunión de la Junta Directiva de la Unión Industrial Argentina (UIA) en la que renovarán las quejas por los costos productivos y el avance de las importaciones.

Pero también fustigarán a la conducción de la entidad fabril, que viene de fumar la pipa de la paz con el gobierno, que los tachó públicamente de «llorones» y los cuestionó por no apoyar con inversiones las iniciativas oficiales.

Tras un largo cruce de acusaciones con funcionarios, el lunes último los tres principales dirigentes de la UIA se reunieron en la Casa Rosada con el jefe de Gabinete, Marcos Peña, y el ministro de Producción, Francisco Cabrera. Después de ese encuentro hubo elogios cruzados pero en la esquina de los industriales sigue habiendo sectores molestos.

En la reunión de pasado mañana los socios de la UIA a nivel nacional esperan que el titular de la entidad, Miguel Acevedo (Aceitera General Deheza), y los vicepresidentes primero, Daniel Funes de Rioja (industria alimenticia), y segundo, Luis Betnaza (Techint), lleven la devolución del gobierno a la larga lista de demandas que pusieron por escrito en la incendiaria reunión del 27 de febrero.

Formalmente, la expectativa es moderada, pero en reserva buena parte de los industriales reconoce que desconfían de sus principales dirigentes y prevén un segundo round inminente, en el que los grupos «más perjudicados» vuelvan a plantear críticas por el plan económico. Se espera la asistencia de unos 70 dirigentes contando también al Comité Ejecutivo.

Un dirigente de uno de los sectores de la industria más disconformes con la apertura económica de Cambiemos refirió a Tiempo que Acevedo, Funes de Rioja y Betnaza «van a tener que explicar si llevaron las inquietudes que planteamos todos o si lavaron los reclamos».

La fuente, que reclamó estricta reserva, observó que los tres dirigentes pertenecen a sectores «con problemas particulares» como Techint, que presiona para que el gobierno interceda ante Estados Unidos por las exportaciones de acero, los aceiteros y exportadores de granos, que están entre los que más facturan en la economía local, y los alimenticios, que juegan con la multinacional Arcor como nave insignia.

Los dirigentes que ocupan lugares periféricos están convencidos de que los enviados no trataron las demandas referidas a costos e importaciones. Lejos de eso, coinciden en que esos dirigentes «hacen lo que el gobierno les pide».

Pese a la acusación, uno de los tres aludidos, Funes de Rioja, el jueves le advirtió al gobierno que las inversiones que tanto exige a las empresas «van a ser tan gradualistas como las medidas» que aplique la administración nacional, una declaración que desentonó con el perfil amistoso del encuentro con Peña y Cabrera, apenas días antes.

En los sectores que representan a pymes, industrias sensibles y economías regionales creen que tanto Funes como Acevedo y Betnaza no trasladaron los reclamos. La gota que colmó el vaso, dijo otro dirigente que también pidió off, fue la visita del presidente Macri a la feria Expo Agro, donde aprovechó para destacar a la dirigencia rural en contraposición con los industriales. En la misma sintonía, el presidente volvió a destacar al turismo y su potencialidad inversora, en otro gesto que se contrapuso con los intereses de la industria.

Tiempo intentó hablar con los empresarios que acudieron a la reunión con el gobierno pero estos no respondieron. Otro integrante del Comité Ejecutivo defendió la designación de Acevedo, Funes de Rioja y Betnaza y la reunión con los ministros que, definió: «No fue para pedir medidas sino para conciliar».

Este dirigente reconoció sin embargo que en el país «hay una tendencia que preocupa pero el malestar todavía no maduró. Hay sectores que están relativamente bien, vinculados a la obra pública, y otros que están muy mal, como los textiles».

Sobre el encuentro con Peña y Cabrera concluyó: «Uno puede ser un héroe o un dirigente. Para conseguir cosas tiene que ser dirigente. No hay que confrontar. Si el gobierno se presenta hoy a elecciones, gana». «

La Bolsa de Rosario advierte que se «desmoronan» los rindes

La Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) presentó los números más preocupantes de la sequía que afecta a gran parte de las regiones agrícolas del país. Además, pronosticó que la falta de agua se seguirá sintiendo en la Pampa Húmeda mientras que el norte del país recibirá abundantes lluvias.

El último relevamiento de la BCR rebajó la cosecha de soja a 40 millones de toneladas, mientras que ubicó la de maíz en 32 millones de toneladas. Ambas cifras son menores a las que calculó la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, de 42 millones y 34 millones de toneladas, respectivamente.

Además, la BCR indicó que «se desmoronan los rindes», es decir, la producción de granos por hectárea sembrada. La BCR alerta que en Entre Ríos, los rindes de soja cayeron un 40% mientras que el retroceso de los rindes en Buenos Aires es del 10%. A nivel nacional, la caída de la productividad de la soja es del 12%, según la BCR.

La entidad rosarina calculó el costo de la sequía en U$S 4650 millones, de los cuales U$S 1550 millones corresponden a las pérdidas directas al sector productor y los restantes U$S 3100 millones a las actividades vinculadas con este, como los sectores de transporte, la producción de maquinaría, construcción, servicios y demás. «