Además del paquete de medidas económicas tomadas este año, que afectó fuertemente el mercado interno y la generación de empleo, podría sumarse una más: el fomento al emprendimiento empresario individual a través de financiamiento, concursos y políticas apuntadas a los emprendedores, como los únicos capaces de dinamizar la economía y las relaciones sociales.

Tal como lo afirmara el presidente de la Nación en el Foro de Inversión y Desarrollo o el “Mini Davos” –como le llamaron al encuentro cuyo único objetivo fue vender al mejor postor las riquezas de nuestro país–, “Argentina es un país de emprendedores”. Esta óptica que pone el foco sobre los agentes individuales no es nueva y tras la pantalla de la innovación, el esfuerzo y el mérito propio para “llegar a la cima”, o “ser lo que quieres ser”, se esconde una concepción neoliberal que, primero, busca fomentar el beneficio privado y segundo, plantear un Estado desentendido de su intervención económica sobre variables que hacen a su desarrollo, por ejemplo, la reducción del desempleo.

El punto no es la oposición a quienes emprenden, porque hoy es una herramienta para desarrollar diversos nichos comerciales y productivos. Pero no debe ser esta la principal política pública que el gobierno nacional utilice para generar trabajo y crecimiento económico. Los índices de desocupación aumentaron este año al borde de llegar a los dos dígitos. Pensar que con el emprendedorismo podremos solucionar el problema de la desocupación, seria correr el eje de la discusión y no atender una necesidad de los trabajadores y trabajadoras que ellos mismos generaron.

Sin ir más lejos, la autogestión de empresas y el cooperativismo de trabajo tiene que ver con esto: generar el propio empleo para salir adelante.La diferencia, es que se hace colectivamente, con intereses comunes y un objetivo que va mucho más allá del análisis de rentabilidad y las ganancias que pueda traer un negocio.

Articular para definir

Ante esta situación, y con un modelo cuyas políticas están destinadas a la concentración de riquezas y capitales en un sector en detrimento del otro, la alternativa es seguir fomentando la intercooperación en la economía social y la articulación y el trabajo con otras organizaciones sociales, políticas, estudiantiles y sindicalespara constituir un actor social y político que si bien es heterogéneo, está entero y unificado, con demandas claras, necesidades y reclamos legítimos.

Siguiendo esta línea, se ha consolidando el Frente por Trabajo y Dignidad Milagro Sala, que naciera a partir de la voluntad de unidad de un conjunto de organizaciones populares que –durante la primera semana de diciembre– constituyeron dos grandes movilizaciones que cristalizaron el rechazo a las políticas económicas desplegadas por el gobierno y la pelea por reparar las esperanzas y los sueños rotos de los más humildes de nuestro país.
Es tiempo entonces de que la organización popular articule y potencie todas sus fuerzas para construir nuevas trincheras de lucha que llevarán, sin dudas, a la victoria del Pueblo. «