El mercado cambiario sigue evolucionando al revés de lo que esperan las autoridades. Al cierre de la ronda de este jueves, el dólar mayorista bajó un centavo y quedó en $ 77,47. En cambio, el paralelo se escapó hasta $ 171 y el contado con liquidación (CCL), usado para hacerse de billetes a través de la venta de bonos, llegó a $ 168. En tanto, los pocos clientes que pueden acceder por home banking lo conseguían a $ 137, una vez sorteadas las restricciones normativas y aplicados los recargos impositivos.

Con estos valores, la brecha entre el mercado oficial y el blue (en el que las operaciones se vieron acotadas por las dudas para fijar el precio) trepó hasta 121%, reflejando el nerviosismo de un mercado en el que el gobierno va detrás de los acontecimientos. Un ejemplo son las negociaciones con el sector agroexportador, que sigue retaceando sus granos a pesar de que se le bajaron tres puntos las retenciones. El miércoles, mientras el equipo económico se reunía con el Consejo Agroindustrial, las empresas del sector apenas liquidaron unos U$S 70 millones, una parte ínfima de los U$S 6.000 millones que se estima mantienen sin vender.

Según trascendió entre los operadores, este jueves el Banco Central perdió unos U$S 50 millones para cubrir la falta de oferta. Aunque son niveles manejables, la sangría es continua: se estima que la venta acumulada de divisas en las últimas cuatro rondas (sólo en una de ellas la entidad registró saldo favorable) fue de unos U$S 110 millones. La inquietud se manifiesta también en la salida de los dólares depositados en el sistema financiero. Los informes monetarios del Banco Central revelan que en el último mes se fueron unos U$S 1.700 millones.

Los empresarios siguen muy de cerca los movimientos oficiales para tratar de adivinar señales sobre lo que sucederá en el corto plazo. El miércoles, en la apertura virtual del coloquio de IDEA (foro donde se reúne el establishment económico local), el presidente Alberto Fernández descartó una devaluación o un corralito bancario, entre otros rumores. “Tenemos problemas por la falta de divisas que heredamos, por una desconfianza que se crea porque se repiten cosas que no son ciertas, desde los que plantean que se viene una devaluación o que podemos quedarnos con los depósitos de la gente; jamás haría semejante cosa», expresó el mandatario.

De todas maneras, la desconfianza entre los empresarios continúa. Este viernes, en la tercera jornada del coloquio, será el turno del ministro de Economía, Martín Guzmán, quien también intentará tranquilizar los ánimos.