Un hombre fue abatido este viernes por la policía después de haber atropellado con su auto a dos custodios del Capitolio, lo que forzó a las autoridades a cerrar el edificio por algo más de una hora y a ordenar la intervención de FBI y la Guardia nacional, en un episodio que dejó «devastado» al presidente de Estados Unidos, Joe Biden.

El sospechoso salió del vehículo tras el impacto con la barrera que separa al edificio de la calle blandiendo un cuchillo, momento en el que los agentes le dispararon, confirmó la cadena CNN.

El atacante, un estadounidense de 25 años del estado de Indiana, fue identificado como Noah Green, según la cadena NBC, citada por la agencia de noticias Ansa. Al ser detenido, Green estaba consciente y fue trasladado al hospital, donde falleció poco después, consignaron medios locales.

Los dos agentes heridos -al menos uno de ellos por arma blanca-, también fueron llevados al hospital, donde el que había sido embestido por el auto de Green también falleció a causa de las heridas recibidas.

Se trata del tercer policía del Capitolio muerto en poco menos de tres meses, tras el asesinato de dos agentes durante su asalto el 6 de enero y el suicidio días después de otro por un cuadro de aguda depresión derivado del hecho.

Por su parte, el jefe de la Policía Metropolitana, Robert Contee, dijo que el ataque no estaría relacionado con el terrorismo, y que la amenaza ya cesó. El funcionario añadió que las autoridades continuarán investigando los motivos del atacante. Horas más tarde, el mandatario demócrata, Joe Biden, se declaró «devastado» por el hecho.

«Jill (su esposa) y yo tenemos el corazón roto tras enterarnos del violento ataque contra un control de seguridad del Capitolio de Estados Unidos», expresó el gobernante en un comunicado en el que indicó que ordenó colocar la bandera de la Casa Blanca a media asta.

El hecho, aún en plena investigación, generó un masivo despliegue de seguridad en las inmediaciones del Capitolio que incluyó a integrantes del FBI y la Guardia Nacional, además de la policía que periódicamente se desempeña en el lugar.

Tras unas horas de cierre, la seguridad del Capitolio consideró superado el alerta y reabrió las puertas del legislativo, aunque con zonas restringidas.

«La Policía del Capitolio ha levantado la amenaza de seguridad externa en todos los edificios del campus del Capitolio, sin embargo, el área que rodea a la escena del crimen continuará restringida», consignaron las autoridades policiales en un comunicado.

Con motivo de las vacaciones de primavera, la gran parte de los congresistas estadounidenses no se encontraban dentro de las instalaciones, recogió la agencia de noticias Europa Press.

«Existe la sensación de que ahora ir a trabajar es algo que se ha vuelto peligroso. Es muy triste», lamentó el representante demócrata por California Rohit Khanna, quien poco antes del suceso había salido de las oficinas del Capitolio.

El 6 de enero un asalto al Capitolio, presuntamente instigado por el entonces presidente Donald Trump dejó cinco muertos, varios heridos y causó estupor mundial.