El clima de violencia desatada por las protestas opositoras no cesa en Venezuela y el gobernador del estado Bolívar, Francisco Rangel Gómez, informó que 51 unidades del TransBolívar resultaron quemadas por bandas terroristas.

“Con inmenso dolor intentamos controlar incendio en las unidades de transporte del pueblo Guayanés que han sido alcanzadas por el fuego del terror”, indicó.
Asimismo, acotó que estas unidades fueron atacadas por “manos terroristas“: “A esta hora 51 unidades afectadas, este acto terrorista afecta directamente a los más de 170 mil usuarios que a diario utilizan los buses”, puntualizó.

E, ese marco, el presidente Nicolás Maduro convocó a «una gran marcha por la paz» que también denominó como «gran jornada de amor» y acusó nuevamente al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de estar detrás de las protestas contra su gobierno.

El jefe del Estado bolivariano denunció además, con vídeos de manifestaciones y de protestas contra chavistas en el exterior, la «agresión fascista» de la oposición, que cifró en 120 los heridos en las marchas del domingo en Caracas y sus zonas aledañas.

En su programa «Los Domingos con Maduro» pidió a todos los sectores “patrióticos, democráticos, humanistas y progresistas que se movilicen y lleven a la marcha una bandera de Venezuela, para dejar claro que los venezolanos somos gente de paz”.

Previamente, denunció que «Donald Trump tiene sus manos infectadas y metidas a fondo en esta conspiración» y sostuvo que «esta agresión tiene como objetivo tomar el control político en Venezuela, recolonizar a Venezuela», citó la agencia de noticias EFE.

Acompañado por decenas de trabajadores del Metro de Caracas, donde trabajó de conductor, instó a la Fiscalía, a la Defensoría del Pueblo y al Poder Judicial a sumar esfuerzos para condenar y hacer justicia ante la «violencia» y actos de «persecución» de sus opositores.

«Unamos esfuerzos para que haya justicia. Todas las instituciones del país condenemos la violencia, la intolerancia, la persecución», clamó.

Reiteró el camino de la Asamblea Nacional Constituyente como salida a la crisis que sacude al país y anticipó que «es irreversible».

«La Constituyente va, llueva, truene o relampaguee», sentenció Maduro, que el 1 de mayo llamó al «poder constituyente originario» para que convoque a un proceso Constituyente como vía para lograr la paz y vencer «el golpe de Estado» del que acusa a la oposición.

El domingo, el gobierno venezolano había repudiado el envío de vehículos de combate por parte de las autoridades colombianas a la región limítrofe con su país, medida que considera una provocación.

«Venezuela expresa su más enérgico rechazo a la insólita e inadmisible provocación ejecutada por la República de Colombia, con la presencia de vehículos blindados de combate a escasos metros de la línea fronteriza con Venezuela, el día de hoy en Paraguachón, Departamento de La Guajira (este)», expresó a través de un comunicado.

A juicio del Gobierno venezolano esta acción busca desviar la atención sobre la profunda crisis política y social que acontece en Buenaventura, departamento Valle del Cauca (oeste), donde decenas de personas se mantienen en las calles para exigir mejoras en la calidad de vida.

En el comunicado publicado la noche del domingo, la Cancillería venezolana alerta a la comunidad internacional sobre «la paralización de los acuerdos de paz por parte de la élite que gobierna Colombia, frustrando todos los esfuerzos internacionales que han coadyuvado para hacer realidad el fin de la guerra en este país».
En tal sentido, el gobierno venezolano convocó a la Fuerza Armada de Colombia a atender «el espíritu de la hermandad bolivariana, en lugar del llamado a los tambores de la guerra que desde el Pentágono procura la confrontación entre nuestros países».

Por último, en el texto, la Cancillería exige el cese de estos actos «de provocación» e insta a la comunicad internacional a estar en alerta ante tales acciones, que, considera, pretenden afectar «aún más» las relaciones bilaterales.