El salteño Pablo Kosiner conduce el interbloque Argentina Federal en la Cámara de Diputados. La bancada «dadora de gobernabilidad» que actúa en espejo con la que conduce Miguel Ángel Pichetto será clave en el año parlamentario que comienza. 

Kosiner asegura que el gobierno no necesita más leyes para resolver los problemas de la Argentina y asegura que si el Ejecutivo no modifica la política económica no habrá mejoras.

En medio del debate sobre la unificación del peronismo, el salteño reclama una reconstrucción profunda que vaya más allá de las fotos de ocasión.

–Desde su rol de presidente del bloque Argentina Federal en la Cámara de Diputados, integrado en casi su totalidad por peronistas, ¿cómo ve el proceso de unidad que se parece estar llevando adelante?

–El proceso tiene que ser mucho más profundo que las fotos. Me parece que se tiene que tratar de abordar una lista de temas que nos permitan recuperar credibilidad con un sector de la sociedad que nos dejó de acompañar. Venimos de dos derrotas importantes en 2015 y 2017. Me parece que tratar de simplificar el proceso de unidad no es el camino. Rescato cualquier reunión de dirigentes y compañeros que se junten a charlar, pero el proceso de unidad tiene que ser sobre la base de una agenda y de proceso de democratización interna y renovación de dirigentes que nos permita recuperar el espacio en la sociedad argentina. Creo que el peronismo va a tener que discutir una disyuntiva muy importante: si vamos a ser oposición o vamos a volver a ser un proyecto político con vocación de poder. Ahí vamos a ver qué límites nos ponemos. 

–El otro día en la reunión de Comisión Bicameral de Trámite Legislativo ustedes, al igual que los otros sectores del peronismo, rechazaron el mega DNU del gobierno. ¿El principio de los acuerdos puede ser un límite al gobierno?

–Las coincidencias o las disidencias se van dando en el marco del tratamiento de cada uno de los temas. Eso lo va ir dando el tiempo. En este caso coincidimos porque era una extralimitación del gobierno, porque se estaban avasallando las facultades del Congreso. Después, la mirada política y la mirada en un proyecto hacia 2019 hay que discutirla bastante, pero yo no descarto nada. 

–Teniendo como antecedentes el rechazo al DNU de esta semana y el apoyo a la reforma previsional, ¿ustedes plantean que este año será de otro tipo la relación con el oficialismo? 

–Respecto de las posiciones que se pueden tomar desde distintos sectores del peronismo soy muy respetuoso. Porque también las posiciones dependen de distintas realidades. Es mucho más fácil tener una posición opositora cuando vos no cargás con la responsabilidad de gestión. Cuando te toca la responsabilidad de gobernar provincias tu rol no sólo está en tu tarea parlamentaria de oposición sino también en resolver los problemas de tu provincia. A veces las posiciones en el Congreso van atadas a ese tipo de complejidades. No es que nosotros como intrebloque vamos a cambiar nuestra posición este año porque se vienen las elecciones presidenciales. Nosotros vamos a seguir teniendo el mismo tipo de responsabilidad. El tema es que si el gobierno se equivoca cada vez más, tendrá menos acompañamiento. Si el gobierno no termina de encontrarle el eje a su gestión para resolver los problemas estructurales la cosa se le complica. El gobierno no necesita muchas más leyes que las que tiene para resolver los problemas de la Argentina: la inflación, las economías regionales y la falta de empleo. El problema del gobierno está en el modelo económico y no en las leyes que le faltan. Sigue aferrado a una política monetaria cuya única variable es la especulación financiera y no a políticas de desarrollo productivo industrial. 

–¿Tienen algún tipo de expectativa con los proyectos de ley que reemplazarían a los mega DNU?

–Nosotros hemos planteado nuestras dudas y la necesidad de debatir más profundamente temas como el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, las cuentas sueldo, temas vinculados a ley de sociedades, ley pyme. Nos llama la atención que el gobierno modifique leyes aprobadas recientemente por consenso. Vos no podés modificar por DNU una ley que salió por consenso del Congreso.

–¿A qué le atribuye este tipo de episodios que en el gobierno de Cambiemos suceden con frecuencia?.

–Me parece que el gobierno no termina de escuchar a sus referentes parlamentarios. Más allá de las diferencias que tenemos por proyecto político, el presidente de la Cámara de Diputados (Emilo Monzó) es un hombre de profundo diálogo y tiene un termómetro de lo que está pasando. Me parece que tendría que escucharlo un poquito más para tomar algunas definiciones. Porque mandar un DNU de estas características en un Congreso en el que se tiene mayoría, sin dialogar con la oposición, no tiene posibilidad de pasar. No sé por qué lo hicieron. Puede ser por sobreestimar su poder político, por minimizar la oposición, por pretender tapar algunas cosas del DNU con otros.  

–¿Se ve sentado en una mesa de peronismo opositor pensando proyectos de ley para empezar a construir una alternativa?

–En la medida de que sean proyectos que busquen resolver problemas de los argentinos, yo no tengo problema de sentarme en cualquier mesa. Creo que justamente uno de los desafíos que tiene la Argentina es salir de esta lógica grietaria de que si te sentás en una mesa no te podés sentar en otra mesa. La Argentina no es una Argentina de dos mesas. Hay que avanzar hacia donde podamos dialogar con todos. Con algunos nos podremos de acuerdo, con otros no.  

–El titular del bloque del FpV-PJ, Agustín Rossi, manifestó su intención de construir acuerdos para rechazar en el recinto el mega DNU. ¿Ustedes estarían dispuestos a acompañar?

–Vamos a verlo. Primero vamos a ver si el gobierno envía finalmente los tres proyectos y qué características tienen. Luego, si se da esa situación que dice Rossi, lo vamos a evaluar junto a los senadores, porque trabajamos juntamente con ellos, pero vamos a ver la posición que tomamos llegado el caso. Tampoco vamos a eludir ese debate. «