Una postal que se repite con constancia en los últimos meses es la de cientos de personas haciendo fila en plaza Congreso o Plaza de Mayo para retirar alimentos gratis desde temprano. No se trata de un plan social del gobierno, son protestas de los productores de alimentos que buscan de esta manera dar visibilidad a la escalada de precios en sus productos que hacen cada vez más difícil sostener su actividad. El verdurazo, el pescadazo, el frutazo han tenido como fin que el gobierno los reciba para discutir el problema del valor de los insumos, las tarifas y la baja en el consumo.

Este miércoles, como hace poco más de un mes, la CIPOD (Centro de Industriales Panaderos del Oeste) repartió unos 5000 kilos de pan en bolsas de medio kilo por persona. Denuncian que, por un lado, el precio de la bolsa de harina de 50 kg, que en enero rondaba los 270 pesos, ha trepado vertiginosamente a 800. Los panaderos explican que esto significa que para cubrir el valor de cien bolsas necesitaban vender 525 kilos de pan, pero ya para junio la cantidad es de 1.600 kilos a un precio de venta al público muy superior.

Hoy el valor del kilo de pan varía entre 50 y 60 pesos en Capital Federal, pero dada esta suba en la bolsa de harina, de casi el 190%, los industriales advierten la posibilidad de que se incremente a 80 o 90 pesos. El modo de protesta se repite, según explicaron los panaderos a los medios, porque desde el 25 de abril, cuando realizaron el primer reclamo, no obtuvieron ninguna respuesta del gobierno.

El precio de la harina se mantuvo equilibrado mediante las retenciones a las exportaciones de trigo que estuvieron vigentes hasta 2016, cuando se desreguló el mercado. Desde entonces las empresas molineras venden este producto al mismo precio en el país que al exterior. Por este motivo, una de las propuestas del sector es que el gobierno presente una estrategia común con dichas empresas para bajar el costo de la materia prima.

El tarifazo de los servicios públicos es el segundo gran problema, ya que afecta de manera sensible el proceso producción y muchas panaderías se encuentran en la imposibilidad de saldar todas las cuentas en un pago.

Hasta el momento, el único funcionario que se expresó sobre la problemática fue el ministro de Agroindustria de la provincia de Buenos Aires, Leonardo Sarquís, quien cuestionó la protesta en declaraciones radiales: “No estoy de acuerdo con que se regale pan como modo de protesta. El problema es la ilegalidad, hay panaderías ilegales en la provincia de Buenos Aires “. De todos modos, el funcionario provincial admitió que “el trigo subió en los últimos meses lo que no subió en un año”.