La Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) modificó esta semana una interpretación del blanqueo, por la cual ahora permite a las personas poner a su nombre bienes que antes estaban a nombre de testaferros.

En los sectores legal y financiero se señala que detrás de la decisión podría encontrarse la escasa adhesión de los blanqueadores al «bono mágico» o los Fondos Comunes de Inversión, entre otros instrumentos financieros que ofrece el blanqueo. 

De hecho, a partir de este cambio, los asesores esperan que muchos bienes que estaban a nombre de empresas pasen a formar parte del acervo de las personas dueñas de esas empresas.

La admisión del testaferro llegó sin mucho ruido, a través de consultas técnicas realizadas por el Consejo Profesional de Ciencias Económicas de la Ciudad de Buenos Aires.

Hasta ese momento, la AFIP sólo admitía el blanqueo de bienes no declarados. Ahora, en cambio, ha dado un giro cualitativo: acepta que se blanquee, no el bien sino la relación de los sujetos con ese bien, según explicó a este diario el tributarista Alberto Mastandrea, socio de la consultora BDO.

«¿Cuál es el beneficio de pasar a nombre de un individuo un bien que está a nombre de una sociedad? Pues que si se pretende vender ese bien, el impuesto a pagar será sólo de un 1,5% de Transferencia de Inmuebles, mientras que si ese bien lo vende una sociedad, deberá pagar Ganancias por el 35 por ciento. Como no hay ajuste de balances por inflación, ese tributo incluso podría ser superior al valor de costo congelado que significó la compra del bien», explicó Mastandrea.

Así las cosas, una figura ilegal como lo es la del testaferro tiene su lugar en el blanqueo a fin de lograr un mayor interés de los blanqueadores, quienes han rechazado los instrumentos financieros de la ley de exteriorización de capitales.

El primero de los instrumentos que cayó bajo la indiferencia de los inversores fue el Bonar 2019. En el caso del Bonar 1% 2023 (conocido como 3 x 1 porque se puede blanquear tres veces el monto de la compra, aunque ese dinero debe quedar inmovilizado durante cuatro años al 1% de interés, pero el inversor evita la multa del 15%), hasta el 31 de diciembre pasado sólo se habían suscripto 660 millones de dólares de 5000 millones emitidos.
El gobierno nacional emitió un decreto el lunes pasado por el cual prorrogó el plazo de suscripción hasta el 31 de marzo.

En los considerandos del DNU, aseguró que «numerosos contribuyentes» habían mostrado interés por ese instrumento, ante lo cual el vencimiento del plazo para adquirirlos se mostraba como una imposibilidad que era necesario superar.

En el caso de los Fondos Comunes de Inversión cerrados, la suscripción venció ayer y, según fuentes del mercado, apenas cuatro lograron incorporar el caudal necesario de fondos para poder funcionar, mientras que otros 12 estaban en problemas.

«No creo que las personas que apelen al blanqueo de sus testaferros estén interesadas en el Bonar 1% 2023 ni en participar en un Fondo Común de Inversión. Esta es una oportunidad para ellos», agregó Mastandrea.

El presidente Mauricio Macri anunció en su discurso ante la Asamblea Legislativa el pasado 1 de marzo que los ingresos fiscales por el blanqueo sumaban 115 mil millones de pesos ante declaraciones de dinero y bienes ocultos por más de 100 mil millones de dólares (algo así como un billón seiscientos mil millones de pesos).

Los últimos cambios podrían habilitar nuevas incorporaciones al blanqueo. «