El martes 22 se cumple el primer aniversario del triunfo en el balotaje de Mauricio Macri. De las promesas de campaña del actual mandatario, sobre su participación en el primer debate presidencial, o de sus mentiras proselitistas se habló demasiado por estas horas. Horas en las que se instaló la polémica sobre lo post fáctico o la post verdad en los medios planetarios, luego de que Donald Trump se impusiera en su desmesurada carrera a la Casa Blanca.

En Tiempo Argentino, en agosto ya habíamos debatido con Laura Zommer –directora ejecutiva y periodística de Chequeado– y Natalia Aruguete –docente e investigadora– este fenómeno que se fue expandiendo en las redes sociales como una mancha de aceite en las sociedades intoxicadas de hiperinformación, en donde la verdad ya no es algo relativo, sino algo directamente ignorado.

En materia comunicacional, Cambiemos picó en punta y accionó –antes que otros– la capacidad de construir sentido común a través de las redes. El macrismo jugó fuerte. Ganó. Perdió la verdad. Claro.

En noviembre de 2015, Macri prometió «Pobreza Cero». Un año más tarde, según el informe de Ipypp, el gobierno sumó diez puntos al índice de pobreza en lo que va de su gestión. Para el economista y exdiputado Claudio Lozano, Macri genera cinco nuevos pobres por minuto.
A esta altura suena a lugar común, pero Juan Perón se anticipó medio siglo: «La única verdad es la realidad».

Nada de post verdad.

Lo que sucede es innegable:

*Creció la pobreza. Cierto.

*Milagro Sala arrastra más de 300 días como presa política en el régimen de Gerardo Morales en Jujuy a pesar de que el Grupo de Trabajo de la ONU ordenó su inmediata liberación, o de la reciente intervención del premier canadiense Justin Trudeau, entre otros. El gobierno nacional posterga una solución, por ende, mantiene a Milagro en su condición de presa política. La pura verdad.

*Los docentes bonaerenses fueron hostigados por fuerzas policiales durante una jornada gremial en Santa Teresita. Roberto Baradel, titular de Suteba apuntó contra la gobernadora María Eugenia Vidal por persecución y adelantó que presentará el tema ante la CIDH y la OIT. La nueva realidad.
*Hebe de Bonafini denunció amenazas tras hacer pública la carta que envió a Francisco en la que le señaló que «el hambre crece» en la Argentina. Primero la intimidaron por teléfono, luego de madrugada los matones recurrieron al timbreo, por el portero eléctrico le advirtieron que la matarán si sigue mandándole cartas al Papa e insultando al presidente. Paren la mano… de verdad.

La democracia no puede tolerar que se naturalice el abuso de poder (léase Jujuy), las amenazas, las políticas de exclusión ni la violencia institucional. Y violencia es mentir.