Al igual que con las petroleras, el gobierno nacional implementó un tarifazo en las cabinas de peaje de los accesos a la Ciudad de Buenos Aires con el cual evita que los efectos de la devaluación dañen los balances de las empresas que gestionan la Panamericana y el Acceso Oeste.

Pero hay una  diferencia: la iniciativa que en septiembre pasado buscó compensar a las productoras de gas se truncó por la respuesta de los consumidores, generó una crisis en el gobierno que aun no se saldó a pesar de la expulsión del entonces secretario de Energía, Javier Iguacel, y abrió un foco de conflicto con las empresas del sector saldado en parte con el compromiso del gobierno de que  será el Estado el que terminará pagando esa cuenta.

En cambio, en el caso de las autopistas, no hay nada de eso. El incremento que entró en vigor ayer fue debatido y aprobado en una audiencia pública realizada el 28 de noviembre y no tuvo casi eco entre los usuarios-clientes de Autopistas del Sol y de Grupo Concesionario del Oeste (GCO), las firmas que gestionan esas concesiones.

El miércoles pasado, el Boletín Oficial publicó la norma que autorizaba los aumentos. Allí se explicó que la «redeterminación tarifaria» tomó en cuenta «un tránsito computable inferior en más de un 5% al tránsito base» y/o «una devaluación del peso con respecto al dólar, acumulada desde el 31 de diciembre de 2016, superior en más de 5 puntos porcentuales a la variación del promedio ponderado de los índices previstos (de actualización de tarifas)».

El resultado fue que las subas que deberán pagar los automovilistas serán de hasta un 65%, con un promedio del 33 por ciento.

Para Conaduv, una organización de defensa del consumidor especializada en temas viales, «con estos brutales e inapropiados ajustes de las tarifas de peaje y del precio de los combustibles, lo único que se logra es aumentar el costo de transporte, más inflación y menos competitividad, afectando los intereses de la inmensa mayoría de los argentinos y de la economía nacional».

Hay que tener en cuenta que la suba de tarifas derivó en que Autopistas del Sol fuese una de las empresas que más dinero ganó en los primeros nueve meses de 2018, con más de 16 mil millones de pesos. De hecho, las empresas dedicadas a la gestión de los peajes dan ganancias desde 2011. En julio pasado, Autopistas del Sol y GCO lograron la renegociación de sus contratos de concesión sin audiencia ni debate público, lo que incluyó el reconocimiento por parte del Estado de una deuda de U$S 1100 millones con GCO y la extensión del plazo de las concesiones. Vialidad Nacional discutió la parte técnica de estos contratos y emitió su dictamen el 28 de junio. Días antes, su titular, Javier Iguacel, había sido ascendido a ministro de Energía. «

“Más inflación y menos actividad”

La suba permanente de tarifas de los servicios públicos y de aquellos que son del sector privado comienza a levantar debates dentro del círculo de economistas que se mantiene cerca del gobierno.

Es el caso de Orlando Ferreres, uno de los gurúes más escuchados en la City, quien ayer advirtió sobre los efectos recesivos del alza de las tarifas.

Ferreres consideró que los aumentos de tarifas generarán «más inflación y menos actividad» ya que, como contrapartida, «no aumentaron los sueldos», lo que achica las posibilidades de consumo de la población.

«Genera más inflación y menos actividad porque la gente gana lo mismo. No aumentaron los sueldos y si se tiene que pagar más por los servicios, deja de consumir otra cosa», describió el economista.

Ferreres estimó que el efecto recesivo «se va a notar mucho en el primer trimestre», aunque confió en que «el segundo va a ser mejor y en el tercero se va a normalizar un poco más el tema de aumentos de servicios».

En diálogo con radio La Red, observó con mirada crítica respecto del gobierno que «hay que tener un objetivo de precios» y pronosticó que «en el año la inflación va a ser 25 o 26 por ciento y el tipo de cambio debería aumentar en la misma proporción».

«Eso influye un 13 por ciento en la inflación y el resto tiene que ver con los aumentos de servicios y transporte. Pensamos que el salario va a mejorar este año, sobre todo para el momento de las elecciones», indicó. Esta evaluación es similar a la que se maneja en Casa Rosada y que eleva sus expectativas electorales en octubre.