Pese al empeño de América Latina en despedazarse, China insiste en tratarnos como bloque, y así el miércoles pasado el canciller Wang Yi hizo una sola videoreunión para hablar con sus pares de Latinoamérica y el Caribe. Entre otras cosas, anunció que su país financiará proyectos de salud pública en nuestra región por una suma que podría alcanzar los 20 mil millones de dólares.

Desde Buenos Aires, el periodista de origen chino Hugo Wu, director del medio comunitario Nuevo Horizonte, elaboró un informe sobre el manejo de la pandemia en América Latina y Argentina, en el que explora las posibilidades de cooperación con China. El reporte fue publicado en mandarín en el sitio www.51argentina.com, que también edita Wu, dirigido al público chino local y de China.

El informe contextualiza la situación argentina en una América Latina considerada por la OMS como el nuevo epicentro de la pandemia de COVID19. Las razones de ese lamentable podio incluyen “la falta de un plan claro de prevención de epidemias y de un programa de acción unificado”, lo que “condujo a numerosos vacíos en la prevención de la epidemia”, el rápido contagio desde Europa, un sistema médico frágil “debido a razones históricas, la falta de inversión sostenida y las oscilaciones de las políticas de salud” y estrategias de comunicación inadecuadas por parte de los gobiernos durante la pandemia. Estos problemas son analizados en función de la base común de una economía relativamente deteriorada, lo que impuso una debilidad estructural a los planes de atención estatal.

En este contexto regional, el informe rescata que en Argentina, “la comunicación y las políticas del gobierno fueron más fácilmente aceptadas por la gente”, aunque “debido a la gran brecha social, para aquellos habitantes de barrios marginales con malas condiciones de vida, las medidas de aislamiento son prácticamente inútiles, de modo que la incidencia de las salidas casuales es mayor y la tasa de infección grupal es más alta”.

Mientras en Brasil, México, Bolivia, Perú y Ecuador el aumento de casos llevó al agotamiento prematuro de las camas de hospital y a desastres humanitarios, el gobierno argentino ha construido hospitales protegidos y comprado una gran cantidad de materiales antiepidémicos, mientras pudo mantener el funcionamiento normal del sistema médico.

Por otro lado, la investigación puntualiza que al comienzo de la pandemia, las inspecciones antiepidémicas de entrada a los aeropuertos internacionales fueron prácticamente inútiles. “Con el tiempo, los pasajeros infectados fueron estrictamente puestos en cuarentena, pero el gobierno argentino perdió el precioso ‘período de ventana’ para la prevención de la epidemia”.

Sabino Vaca Narvaja, Representante Especial para la Promoción Comercial e Inversiones en la embajada argentina en China, dijo esta semana que la cooperación que ha ofrecido el país asiático en la lucha contra la pandemia sentará un precedente para el futuro de las relaciones. En su informe, Hugo Wu propone también como cooperación las lecciones que pueden obtenerse de la experiencia de China.

Wu cita a Ma Xiaowei, director de la Comisión Nacional de Salud y Seguridad, quien señaló que la experiencia china de prevención y control de epidemias incluye estos aspectos: un sistema de comando unificado y eficiente, estrategias de prevención y control científicas y precisas de acuerdo con la ley; la coordinación del despliegue de recursos médicos, la mejora en la capacidad de tratamiento, un uso extensivo de la alta tecnología y llevar a cabo intercambios y cooperación internacionales en profundidad.

En base a estas experiencias, el informe analiza como recomendaciones generales para América Latina, en primer lugar, “tener como prioridad la salud de la mayoría de las personas. Si comparamos las políticas anti-epidémicas de Argentina y Brasil y sus consecuencias, podemos ver la obvia diferencia que surge de una política correcta”.

Luego, “creer en la ciencia en lugar de la mentira política. Para el virus no hay diferencia entre los puntos de vista políticos, creencias religiosas o incluso hábitos nacionales. Sólo creyendo en la ciencia podemos vencer el virus. A la larga, todos los seres humanos deben volver a la vida normal, por lo que la investigación y el desarrollo de vacunas y medicamentos efectivos se convertirá en una tarea urgente para los científicos”.

Finalmente, el informe sostiene que China busca desarrollar una cooperación económica que proporcione soluciones para los países de América Latina en el futuro. Caracteriza el panorama a corto plazo considerando que “la CEPAL espera que para fines de este año, el número de desempleados en la región alcance los 44,1 millones y la tasa de desempleo aumente al 13,5%. La escala de desempleo causada por la epidemia ha superado con creces la de la crisis financiera internacional. América Latina está experimentando una contracción económica que no se había visto en un siglo.”

Frente a esto, China es el socio comercial más importante de Argentina, Brasil, Chile, Perú y Uruguay. “Muchos de los proyectos de inversión de China en la región se cerraron. Si se reanudaran, es posible que se consiga aumentar las oportunidades de empleo local y aportar a cierta reactivación”.