El presidente de Perú, Martín Vizcarra, se sentará este viernes en el banquillo ante un Congreso que votará si lo destituye por «incapacidad moral», pero sus adversarios aparentemente no cuentan con los votos para sacarlo del poder. De todas maneras, en las últimas horas, el Tribunal Constitucional de Perú rechazó  una medida cautelar solicitada por el presidente, que habría paralizado el juicio de destitución al que será sometido. Por cinco votos contra dos, «ha decidido rechazar la medida cautelar planteada por el Ejecutivo», lo que allana el camino al juicio político que decidirá si es o no destituido, dijo la presidenta de la alta corte, Marianella Ledesma.

Ledesma señaló que los siete magistrados de la corte, cuyos fallos son inapelables, no concedieron la medida cautelar porque «a la luz de las declaraciones de líderes políticos, el riesgo de que suceda la vacancia [del mandatario] se ha debilitado y no hay una urgencia manifiesta».

Agregó, además, que el tribunal ha decidido admitir a trámite la demanda presentada el lunes por el gobierno para detallar los requisitos para que el Congreso declare la «incapacidad moral» de un presidente. Aclaró que decidir este punto tomará «semanas». 

Vizcarra debe sentarse en el banquillo ante un Congreso controlado por la oposición que aprobó una moción para llevarlo a juicio de destitución por instigar a dos asesoras a mentir en una investigación sobre un cuestionado contrato a un cantante, según unos audios divulgados hace una semana.

En un acelerado proceso que se inició inmediatamente después de hacerse públicos esos audios, Vizcarra corre el riesgo de ser cesado 10 meses antes del fin de su mandato, marcado por recurrentes choques con el parlamento.

El mandatario, que carece de partido y de bancada, había pedido el lunes al tribunal que definiera las causales de la «incapacidad moral» y que suspendiera el juicio político en caso de que necesitara más tiempo para pronunciarse sobre el fondo de su consulta.