A sólo unas semanas de las elecciones presidenciales del 27 de mayo la mayoría de las encuestas dan por ganador a Iván Duque del partido Centro Democrático y en segundo lugar a Gustavo Petro del partido Colombia Humana. El clima político que ya era tenso se enrareció aun más el viernes cuando un ciudadano cubano denunció un supuesto plan para atacar a Petro y al exlíder de las FARC Rodrigo Londoño, alias Timochenko. De concretarse, esta no sería la primera agresión que el exalcalde de la capital sufre desde que comenzó con su campaña presidencial. Hace aproximadamente un mes, en Cúcuta, ciudad fronteriza con Venezuela, el vehículo que lo movilizaba sufrió un ataque. «Fue un impacto de bala sobre la camioneta que se desplazaba para llegar al evento público con los ciudadanos de aquella ciudad. Esto nos preocupa, nosotros no normalizamos esta situación en un país en la que son comunes las amenazas y los asesinatos a líderes sociales», afirmó a Tiempo David Racero, representante electo a la Cámara por Bogotá, quien agregó que los atentados y amenazas se realizan porque «Petro es el candidato que está convocando a las mayorías sociales y populares y el establishment está temeroso por la ola de esperanza que genera».

Uno de estos sectores que sienten gran identificación con las políticas del candidato de Colombia Humana son los jóvenes gracias a propuestas como la educación gratuita, ya que en Colombia hasta la educación pública es paga. «Los procesos productivos de hoy están fuertemente articulados al saber y al conocimiento y no a la fuerza muscular y por eso es imprescindible acercar a la sociedad colombiana a una sociedad de conocimiento y para lograr ese objetivo primero hay que lograr que toda la primera infancia tenga nutrición y terminar con la desnutrición que hoy es de alrededor del 17%», aseguró Petro en una conferencia de prensa realizada en su sede de campaña en Bogotá. 

«El fenómeno Petro se produce también por la gran indignación que se encuentra latente en el pueblo colombiano desde hace 20, 30 años, la participación ha sido muy baja por el descrédito que hay al sistema político tradicional y el candidato por Colombia Humana está demostrando que se está preocupando por las minorías desterradas y olvidadas del país», afirmó Racero al explicar por qué en un país con una tradición política conservadora tan marcada, se comienza a producir un cambio de conciencia política. 

Otra de las grandes preocupaciones del exsenador, quien en su juventud formó parte de la organización guerrillera M-19, es la guerra que hace años mantiene Colombia con el narcotráfico. «Hay que poner en cero al poder de las mafias, tenemos que sacarles el pueblo a los narcotraficantes así podremos debilitar a los cárteles de la droga, el control poblacional es lo que les permite el poder, mi debate de más de diez años siendo congresista fue alrededor de descubrir los nexos entre los ejércitos privados del narcotráfico y la clase política tradicional del país cuyo máximo exponente terminó siendo el gobierno del expresidente Álvaro Uribe. Entre más poder tienen más capacidad de muerte generan».

En caso de ser electo presidente, Petro se encontrará con un momento de crisis en la región desde que seis países, entre ellos Colombia, acaban de suspender las actividades en la Unasur. «La institucionalidad de la integración latinoamericana no se debe suspender, eso sólo ayuda a los que quieren debilitar aquí en nuestro continente al poder político y social, así que el mensaje que puede recuperar las voces de América del Sur en el escenario mundial es tener instituciones de integración», afirmó Petro a Tiempo tras la conferencia de prensa.

En su etapa como alcalde, aun sin apoyo del gobierno nacional, Petro logró reducir la mortalidad infantil y garantizó el mínimo vital de agua a los estratos más bajos que anteriormente no tenían este derecho asegurado. Además, según la secretaría de Gobierno y la Policía Metropolitana, las estadísticas de homicidio se redujeron durante el gobierno del candidato a un 17,4 por cada 100 mil habitantes, el índice más bajo en las últimas tres décadas. 

Continúan los asesinatos de activistas sociales

Un grupo de 445 líderes sociales colombianos le pidieron a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) que tome medidas para protegerlos, ya que en los últimos meses se registraron más asesinatos de activistas que en 2017, por lo que denunciaron una «sistematización» de estos crímenes. 

El pedido concreto es de medidas cautelares para «el ejercicio libre de la defensa de los Derechos Humanos en el país», especialmente en zonas más afectadas por el conflicto. «Muchos de los líderes sociales asesinados, han estado luchando por la devolución de las tierras, ese es el aspecto fundamental, muchas de esas tierras fueron quitadas por el narcotráfico y el paramilitarismo. La tierra siempre ha sido un factor de violencia en el país», aseguró a Tiempo el representante electo por la Cámara de Bogotá, David Racero, quien agregó que «para resolver este conflicto tenemos que democratizar la tierra, hacer una reforma agraria que fue una promesa inconclusa en la historia de nuestro país». «