El pedido de detención de Héctor «Patilla» Kruber, el entrenador de 67 años que trabajaba en las divisiones infantiles del Club Deportivo Mac Allister de La Pampa, es el próximo paso en la causa que fue caratulada por la justicia como «abuso sexual» y «corrupción de menores». La entrevista en Cámara Gesell a una de las víctimas de Kruber arrojó resultados positivos y se sumaron testimonios de padres que, en un principio, no declararon por miedo. Kruber fue denunciado por una madre por invitaciones a los niños a dormir desnudos para «mejorar el rendimiento», «masajes de relajación» durante la siesta e intentos para que le hagan sexo oral en el marco de un torneo de fútbol en Médanos, sur de la provincia de Buenos Aires, a 359 kilómetros de Santa Rosa, La Pampa. Fue la primera denuncia judicial a Kruber.

El exfutbolista, fundador del club y actual secretario de Deporte de la Nación, Carlos Mac Allister, dijo que nunca escuchó los rumores sobre Kruber. «Yo hace cuatro años que no soy dirigente del club –aclaró–. Mi hermano es el presidente, yo no». Luego, el Club Deportivo Mac Allister no presentó el informe pedido por la Liga Cultural de La Pampa, que nuclea a los clubes de fútbol de la provincia. Sin embargo, los múltiples casos de abuso de Kruber desde hace más de 20 años, después de la denuncia, salieron a la luz en la capital pampeana.

Patricio Mac Allister, hermano de Carlos y presidente del club, separó a Kruber. Pero en una charla informal con los padres, reconoció que el año pasado otra madre le había advertido que Kruber había invitado a su casa al hijo para ver videos, y que él le había prohibido más invitaciones. «Estoy en el ambiente del fútbol, y esto pasa en todos lados –les dijo Patricio Mac Allister a los padres, según un audio que difundió El Diario de La Pampa, que destapó el caso–. Aunque me duela. Lo vi en cinco clubes estas situaciones. Esto no es un monstruo». En 1999, Kruber ya había sido separado por otro caso en el Club Deportivo Mac Allister. En 2015, a pesar de otros antecedentes similares en el Club General Belgrano y en All Boys de La Pampa, volvió al club del secretario de Deporte.

«El tipo ‘jugaba’ con las prendas que le enviaba Mac Allister, que era patrocinado por Umbro –contó a Tiempo Mauro Greco, 33 años, profesor de Comunicación Social, que jugó en las inferiores de Belgrano–. Cuando pasabas de infantiles a juveniles, te tomaba Patilla y uno de los elementos de seducción, en todo el sentido de la palabra, era que él contaba con botines, canilleras, gorras para regalar. A sus preferidos, en general blancos y rubios, les ofrecía eso. Todo a la luz del día, en el vestuario. No pedía nada a cambio, pero es más compleja la cuestión de cómo un pedófilo construye la subjetividad». 

Los días de Kruber en libertad parecen llegar a su fin, como cierta complicidad y protección.