La transmisión desde Instragram dura 12 minutos. «Saluden, están saliendo», avisa mientras gira el celular para mostrar el detrás de escena del Campeonato Mundial Junior en Indianápolis. «¿Quiénes están mirando? 37, 41, re poquitos», dice. Como cualquier chica de 17 años Delfina Pignatiello tiene en su perfil su cuenta de Snapchat. Como ninguna otra chica de 17 en la natación argentina se consagró campeona mundial junior en los 800 metros libres con un tiempo de 8m25s22, batiendo el récord nacional y el del torneo para convertirse en la primera argentina en ser campeona mundial juvenil.

La primera story que subió el viernes es su medalla dorada con el ramo de flores de la premiación. La última del día es de ella con otra compañera mirando un video que se filmaron entre varios chicos argentinos. Se ríen de los chicos, de la imagen, de lo que a veces sólo te da risa a esa edad. 

Cuando en marzo Delfina consiguió la marca A para competir en el Mundial de mayores en Budapest con 16 años nadie imaginó que decidiría no ir para no quemar etapas y apostar todo al mundial juvenil. Delfina llegó a Indianápolis como favorita en los 800, también con chances de medalla en 400 (ayer competía en la final) y 1500 metros libres (hoy serán las series). Con el tiempo que consiguió en la final hubiera terminado sexta en Budapest. Es una de las deportistas con más potencial del alto rendimiento argentino. 

Vive en San Isidro, es abanderada en su colegio y llegó a la natación por su mamá. «Me entreno a las seis de la mañana, voy al cole. Después hago la tarea, voy al gimnasio y de nuevo al agua. Mi modelo a seguir es Paula Pareto porque pudo competir y terminó sus estudios. Yo quiero hacer lo mismo, quiero estudiar Bioteconología o Nutrición», le contaba a Tiempo en febrero en una nota en el campus de los Juegos Olímpicos de la Juventud 2018. Esos Juegos serán su próxima meta. Porque a veces la regla es sencilla: a cada Juego, cada edad.