Cuatro únicas funciones para revivir la “fiesta” de Petróleo sin la “muchedumbre”. Sin dudas todo un nuevo desafío para el grupo Piel de Lava, que consiguió lo que pocos: producir el hecho teatral, el más fugaz y al mismo tiempo indeleble de los hechos artísticos. Será desde el sábado 6 de febrero, y durante todo el mes. “Que vengan que el Metropolitan hizo todo y más para tener los protocolos de mucho cuidado”, clama y ríe Pilar Gamboa, quien junto a Elisa Carricajo, Valeria Correa y Laura Paredes se sube al escenario para Petróleo, una de las obras más vistas y premiadas de los últimos tiempos.

A modo de brevísima presentación, digamos que Gamboa protagonizó entre otras: Cómo funcionan casi todas las cosas, Mamá se fue de viaje, Las Vegas (cine); La Terquedad, Colores verdaderos, Automáticos, El tiempo todo entero (teatro). Que también hizo televisión y que milita fuerte por los derechos de las mujeres, en especial por la Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Y que acaso por eso de construir una dramaturgia a partir de someras descripciones o vocablos es que a partir de ellos construye una sintaxis de sentido. Aquí algunas.

El regreso. «Me pone muy feliz que sea en la nueva normalidad, sobre todo porque Petróleo se armó siempre con la gente y con mucha gente, pero bueno, también al principio yo estaba más reticente y ahora siento como que los tiempos de la pandemia se volvieron más laxos e inciertos. Me siento muy feliz por volver a poner el cuerpo en algo que me da alegría, tengo muchas ganas de actuar, aunque sea para el 30 por ciento de la sala. Igual se puede reproducir esa fiesta. O por lo menos investigar cómo es hacer la obra en este nuevo contexto: cómo serán esas risas tapadas con el tapabocas, cómo serán esas carcajadas acalladas; pero a la vez es todo tan nuevo, incluso la vida en la calle, que me parece que para mi sueño de la muchedumbre va a faltar. Prefiero amigarme con esta nueva imagen antes que pelear como hasta ahora. Lo importante es que con protocolo y todo seguir haciendo, porque sino todo se vuelve mucho más triste de lo que ya es.»

Puerperio: «No sé cómo es la otra manera (sin pandemia). En un momento pensé que la cuarentena tenía algo de puerperio, como el mismo color. Yo imaginaba lanzar a mi hijo a la pandilla (Piel de Lava) como algo de la crianza colectiva: ahora que apareció este, criemoslo entre todas; y eso no estuvo. Tuvo sus momentos de armar con mi novio un núcleo familiar muy fuerte: no sólo era entender cómo estar con un recién nacido, que somos primerizos; era una situación psíquicamente ya arrasadora más la pandemia, más que nadie venga a darte una mano, entonces el equipo se fortaleció en ese sentido. Pero fue muy agotador también no poder compartirlo. En un momento es: bueno, que entren más jugadores para que la neurosis se disperse; que lo sostengan otros brazos, que alguien te dé una mano con la ropa. Fue una experiencia que tuvo sus cosas relindas, porque estuvo rebueno estar los tres metidos, y cosas atroces. Recuerdo que mi hermana me dijo: Bueno, dejá de mirarlo; y yo le dije: es que no tengo otra cosa que hacer, somos los tres nada más. Fue psíquicamente arrasador para todos, imagínate con un bebé que de por sí es una experiencia muy nueva y transformadora.»

IVE. «Emoción, llanto, todas sensaciones muy de las vísceras. Es un logro que no pertenece a ningún partido político, que pertenece a un movimiento que es un movimiento político mucho más transformador que la política, que si la política aprendiera del movimiento feminista estaríamos mejor. Y la conquista de un derecho siempre tiene algo para festejar y emocionarse y llorar. Fui madre y más convencida estaba: siento que sólo es desde el deseo se construyen las cosas fabulosas, entonces obligar a alguien que no tiene el deseo a maternar me parece prehistórico. Siento que esto es una especie de inicio, ahora tenemos que ir por cobrar lo mismo, que eso está muy demorado: los sueldos son claramente muy dispares y me parece cuando eso se logre ahí sí se va a poder hablar de otra cosa.»

2021. «Siento que todo el terreno está muy incierto. Por momentos digo: que se vacunen los viejos, que esta peste tiene algo medio shakesperiano: podés matar a tu viejo. Pensé que para marzo las cosas iban a ser otras y no. Me parece que va a ser un año duro, que va a exigir mucha paciencia. Por momentos me preocupo y por momentos trato de confiar, pero me cuesta, siento que la humanidad es una porquería. Porque la vacuna es un saber de la humanidad y que se pague pero que cada país puede producir. Pero no, los negociados de los laboratorios son eternos: hasta que los que siempre se llenan de guita se llenen más de guita, así que los países como los nuestros van a estar muy complicados. Espero que se pueda seguir filmando con protocolo, seguir haciendo teatro. Tengo la sensación de que ahora sabemos cómo cuidarnos, y si nos ponemos las pilas por ahí puede volver todo medio de a poco y no bardear; cuidarnos para que podamos volver todos a nuestra actividad de a poco, sin que haya un rebrote marciano y nos vuelvan a guardar y no podemos trabajar.»


Petróleo. Sábados de febrero a las 20:15 en el Teatro Metropolitan, Av. Corrientes 1343.