Días atrás, la polémica de las Pruebas PISA se centró en la decisión de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), de separar a la Argentina del resto de los países en las Pruebas PISA. Sin embargo, poco se habló de que la Ciudad de Buenos Aires participó como distrito aparte del país, compitió por su lado, y consiguió enormes resultados respectó a las pruebas de años anteriores: ascendió al puesto 38 a nivel mundial, quedando por encima de todos los países latinoamericanos. A pesar de que, apenas semanas atrás, otra prueba internacional estandarizada, la Timss, le dio magros resultados a la Capital Federal, colocándola en el puesto 46 entre 55 ciudades. 

Ahora, el ministro de Educación de la Nación, Esteban Bullrich (que era el titular de Educación de la Ciudad el año pasado cuando se hicieron las PISA), admitió que los alumnos porteños fueron entrenados específicamente para rendir las pruebas –algo prohibido por la OCDE–, y que la Ciudad superó al resto de la región porque “de casualidad” eligieron a las mejores escuelas. 

En una nota con el diario Clarín, Bullrich dijo que lo realizado por la gestión anterior de Alberto Sileoni “fue simplemente incapacidad en el manejo muestral”, y dio su explicación sobre los enormes progresos de la Ciudad de Buenos Aires: “Fuimos a ver qué hacían los países que les va bien en PISA, y todos hacen la sensibilizacion. Aquí se hizo coordinadamente en todo el país: fueron 15 días con los alumnos que participaron en PISA: trabajaron con preguntas de años anteriores liberadas por la OCDE. Hay que entender que las preguntas de PISA no son como las que se hacen habitualmente en la escuela: miden otro tipo de competencias. A todo esto se sumó que en la Ciudad las escuelas que se eligieron fueron mejores que las de 2012”. ¿De casualidad?, le pregunta el periodista. “Sí, porque lo elige PISA. Además, redujimos la desigualdad a pesar de que es la más alta del mundo. Hubo dos objetivo que nos planteamos entre 2012 y 2015: mejorar en la nota de PISA y reducir la desigualdad, y lo logramos”. 

Tomar a PISA como política de Estado no parece salirle gratis al Estado, más allá de sus lineamientos educativos (estas pruebas internacionales no toman contextos ni formación pedagógica ni cuánto fue la inclusión educativa de cada país evaluado): la OCDE sugiere exámenes múltiple choice estándarizados como los efectuados en el Operativo Aprender 2016 que el gobierno nacional encaró este año, y que ya se hizo en países como Chile y México. La Asociación Gremial Docente de la UBA denunció que detrás de estos exámenes estandarizados está la multinacional Pearson PLC (la misma que ideó las pruebas PISA), una firma inglesa que en 2013 “enfrentó juicios por conflictos de intereses al producir materiales educativos para estudiantes y diseñar a la vez sus exámenes”. La Argentina pagó para comprar estas pruebas del Operativo Aprender. Desde el Ministerio no respondieron a ese diario acerca de cuánto costaron las pruebas.