Julio Grondona no quería que Néstor Pitana fuera el árbitro argentino en Brasil 2014. Su preferido era Diego Abal. Pitana creyó que ese padrinazgo lo dejaba afuera. Se lo contó a sus amigos, ya no se veía en el Mundial. Sin que él lo intuyera, la FIFA determinó que tenía mejores condiciones técnicas y físicas para estar en Brasil. Dirigió cuatro partidos, sin mayores problemas. Pero la selección argentina que llegó a la final cuatro años atrás le impidió seguir, lo dejó en los cuartos. Rusia 2018, igual que a sus compañeros de terna Hernán Maidana y Juan Pablo Belatti, le entrega ahora la final. Pitana será el árbitro de Croacia-Francia, el domingo, en Moscú.

Misionero, 43 años, profesor de educación física, buen estado atlético de sus 1,92 metros, Pitana era el gran candidato para dirigir la final, para emular a Horacio Elizondo en Alemania 2006. En Rusia se lo mencionaba como el elegido cuando su nombre fue excluido de las semifinales. Aunque había doce árbitros disponibles, sus competidores en esa carrera eran el brasileño Sandro Ricci y, sobre todo, el iraní Alireza Faghani, que comandó Argentina-Francia. La FIFA se quedó con Pitana. Otra vez un argentino dirigirá a Francia en una final. La vez que lo hizo Elizondo su actuación quedó marcada por la expulsión de Zinedine Zidane, el cabezazo a Marco Materazzi, avisado por el cuarto árbitro, el español Luis Medina Cantalejos. Fueron los inicios del VAR, el VAR humano.

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Pitana fue el encargado de dirigir el partido inaugural, el cinco a cero de Rusia a Arabia Saudita, en Moscú. Dicen quienes conocen los criterios de la FIFA para los arbitrajes del Mundial que el árbitro que ordena el primer encuentro marca el camino, el estilo, los modos de conducción y toma de decisiones. Elizondo también dirigió el partido inaugural en Alemania 2006. Pitana tuvo tres partidos más en Rusia: México-Suecia, Dinamarca-Croacia y Uruguay Francia. Las únicas acciones que se le discuten son una supuesta mano de Javier “Chicharito” Hernández, donde ante los reclamos de los suecos desconoció lo que recomendaba el VAR. Y luego no haber expulsado al danés Mathias Jorgensen por su falta al croata Ante Rebic en una jugada que fue penal.

Sin embargo, lo que para algunos fueron errores para la FIFA fueron aciertos. Y una ausencia de duda. Pitana no estuvo dubitativo, se encargó de imponer su autoridad en un Mundial donde, además, se debate sobre las mañas de los jugadores, las exageraciones, la simulación, el gif de Neymar dando vueltas en la cancha por alguna patadita. A Pierluigi Collina, el ex árbitro ahora a cargo de la Comisión de Arbitraje de FIFA, le gustó esa personalidad. Collina era un duro y se animó a describir a Pitana como una roca cuando lo presentó antes del Mundial.

A Collina no sólo le gusta Pitana, le gusta la terna argentina. “Está enamorado”, dicen. Con Pitana saldrán a la cancha a los argentinos Maidana y Belloti como asistente. El cuarto árbitro será el holandés Bjorn Kuipers. El VAR estará a cargo del italiano Massimiliano Irrati, que tendrá la asistencia de Carlos Astroza, de Chile, Danny Makkelie, de Holanda, y Mauro Vigliano, otro argentino que estará en la final. El VAR fue novedad y figura en el Mundial. Ayudó a árbitros como Pitana no sólo en las consultas, también en su rol disuasorio. Los jugadores saben que está, se cuidan de otra manera. Eso explica lo que para algunos críticos son las dos caras de Pitana, la que muestra en la Argentina y la que mostró en el Mundial. “Acá se le complica por las tarjetas, en el Mundial los jugadores se cuidan más por el VAR. Pero Pitana es un gran árbitro”, dice un ex colega desde Buenos Aires.

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Cuando al mediodía de la Argentina, Pitana salga a la cancha con la pelota en la mano habrá cumplido nueve partidos en Mundiales. Será el segundo árbitro con más encuentros después del uzbeco Ravshan Irmatov, que tiene once. “No queremos que los jugadores acosen a los árbitros, que vayan sobre el juez. Bueno, eso es lo que no va a suceder en el partido», dijo Collina sobre antes del encuentro inaugural. Ahí Pitana marcó lo que seguía. Impuso las reglas sin que los futbolistas excedieran en quejas.

Pitana ya era el segundo argentino en participar de dos copas del mundo. Lo había hecho Ángel Coerezza en México 70 y Argentina 78. Ahora es el segundo en participar de una final. No es consuelo argentino, pero será un momento argentino. Pitana sabe, además, cómo manejar la gestualidad. Además de haber jugado al fútbol y al básquet, fue actor. Cuando tenía veintidós años, hizo un cásting para la película La Furia, con Diego Torres. Lo eligieron para ser un guardiacárcel. Un hombre de la autoridad, el rigor por el que la FIFA lo eligió para dirigir la final.