El jueves próximo, 20 de junio, Día de la Bandera, faltarán 48 horas para que venza el plazo legal de inscripción de candidaturas. Así y todo, el mismo 20, pasarán cosas. En principio, según pudo saber Tiempo, en esa fecha se conocerá el formato final del acuerdo opositor que ya tuvo su primer capítulo la semana pasada, con la oficialización del Frente de Todos. Se trata de un compromiso pluripartidario que –se sabe– tiene sus pilares en las figuras de Alberto Fernández, Cristina Fernández de Kirchner y Sergio Massa.

Dicho de otro modo: el 20 de junio, con un evidente simbolismo patriótico sobrevolando el anuncio, se sabrá si la dupla Fernández-Fernández es consagrada como la única fórmula presidencial del Frente de Todos, para lo cual se asignará una posición visible, protagónica y expectante para Massa –la primera candidatura a diputado nacional por la PBA–, o si por el contrario habrá PASO y entonces Fernández competirá con Massa por la candidatura presidencial.

¿Cuál será el criterio para resolver si hay primarias o si prima el acuerdo ilimitado, por categorías, con una suerte de distribución proporcional del poder en las listas, entre el PJ, el kirchnerismo y el Frente Renovador? La respuesta es simple. La decisión que se anuncie el 20 de junio responderá a un diagnóstico asumido, consensuado y asimilado como una prioridad absoluta, tanto en los cuarteles de AF como en las oficinas de CFK y en el búnker de Massa: la necesidad de implementar la alternativa más competitiva, más eficiente, para ganar. Para ganar en primera vuelta, claro.

La elección de una de las dos opciones –el acuerdo integral o la realización de unas PASO entre Fernández y Massa– se definirá racionalmente y como suelen gestarse estas decisiones cuando hay muchas cosas en juego: tras un lapso de profundo estudio y análisis político. En concreto, Tiempo pudo saber que en el comando de campaña del Frente de Todos se están revisando en detalle los resultados de varias encuestas como también de investigaciones cualitativas del tipo focus group («grupo focal», técnica que permite extrapolar conclusiones generales a partir de una muestra que –se supone– es representativa de la sociedad o de una franja de ella). También se tendrá en cuenta la información que acerquen gobernadores e intendentes.

Toda esta tarea, que se podría resumir con el rótulo de profesionalización de la campaña, continuará a lo largo del fin de semana largo y en los primeros días de la semana entrante. En la recolección de los datos necesarios para tomar la mejor decisión están trabajando varios equipos en paralelo, que ahora empezaron a coordinar. Al confluir el PJ, el kirchnerismo y el massismo en la definición de la estrategia inciden nombres experimentados en comunicación en tiempos de campaña (lo que además incluye la lectura de encuestas, redes sociales y el análisis de la big data).

Esto explica por qué en el conglomerado opositor bautizado Frente de Todos están convergiendo nombres como el publicista Enrique Albistur, el especialista en comunicación política Juan Courel y el consultor catalán Antoni Gutiérrez-Rubi. El primero tiene una relación histórica con Fernández, Courel supo asesorar a Daniel Scioli, mientras que Gutiérrez-Rubí, titular de la consultora Ideograma, trabaja desde hace un año y medio junto a Massa. «El catalán», como se lo llama popularmente en el mapa del peronismo, conoce muy bien a los actores de esta trama: en el año 2017 aconsejó a CFK en su –innovadora– campaña legislativa.

Una de las pruebas de este creciente trabajo en conjunto fue la viralización del spot que Massa hizo este sábado. Al igual que Cristina con aquel video en el que anunció su decisión de no competir por la Presidencia y de acompañar a Fernández como número 2 de una fórmula –que CFK difundió desde sus redes sociales un sábado por la mañana–, el tigrense eligió el mismo día para difundir su propio spot. Se trató de un video en el que se mostraba la importancia de las pymes para luego denunciar la crisis que produjeron las políticas de Cambiemos. El video cierra con el planteo de que la Argentina se merece otro gobierno. Al final aparece el logo y las iniciales del Frente Renovador que luego se convierten en el logo y el nombre completo del Frente de Todos.

La difusión del mensaje audiovisual de Massa disparó un  hecho político igual o más importante que el propio spot: Cristina lo compartió en sus redes y acompañó la recomendación con la leyenda «me gustó mucho el video». Este tipo de coordinación, según pudo saber este diario, no es casual ni espontánea. En la planificación de la campaña del Frente de Todos se pautaron momentos para determinadas acciones o mensajes a través de medios y redes. La idea es mostrar el trabajo en conjunto, con espacios de protagonismo para cada uno, de las tres figuras centrales de la coalición opositora: el candidato, su compañera de fórmula y el nuevo aliado que amplía la base de sustentación.

Se ha escrito mucho sobre lo tanto que se conocen Fernández y Massa. En las presidenciales de 2015, AF incluso dirigió la campaña del tigrense junto al hoy diputado nacional Raúl Pérez, dirigente de extracción peronista muy conocido en La Plata. Pérez integra el grupo de negociadores claves para la estrategia opositora: de ese elenco también forman parte Máximo Kirchner y Eduardo «Wado» De Pedro. «En tan poco tiempo de haber producido este reencuentro se ha generado mucho entusiasmo. Trabajar en este proyecto nacional causa una alegría que contagia. Y eso obliga de abajo hacia arriba. Hay que aprovechar este grado de conciencia colectiva porque estamos frente a un poder nunca visto en la Argentina (por el macrismo)», subrayó en diálogo con Tiempo el platense Pérez.

Ese es el espíritu que prima en estos días. «