Los elogios de Jair Bolsonaro a la dictadura de Augusto Pinochet y su ataque a la ex presidenta Michelle Bachelet, actual Alta Comisionada de Derechos Humano de la ONU, abrieron este jueves un áspero debate en Chile entre quienes critican la «ambigua» y «poco enérgica» respuesta de la Moneda y quienes defienden los dichos del ultraderechista mandatario del Brasil.

«La falta de coraje de (el presidente Sebastián) Piñera para condenar los dichos de Bolsonaro es vergonzosa y una falta de respeto a nuestro pueblo e historia. Presidente, hay derecho a la opinión, pero no a desconocer los hechos. La dictadura que exterminó a miles de compatriotas no tiene dobles lecturas» escribió en Twitter la diputada del Partido Comunista Camila Vallejo.

Bachelet había denunciado ayer en una conferencia de prensa en Ginebra «una pérdida del espacio democrático en Brasil», además de subrayar que según el organismo que ella preside se contabilizaron «1.291 personas asesinadas por la policía» solo en Sao Paulo y Río de Janeiro.

Molesto, Bolsonaro, dijo que la ex mandataria (2006 y 2010 y 2014-2018) «se olvida de que su país no es Cuba gracias a los que tuvieron el coraje de decir basta a la izquierda en 1973, entre esos comunistas su padre que era brigadier (sic)».

Ayer, en una breve rueda de prensa en La Moneda, Piñera dijo que no compartía en absoluto «la alusión hecha por el presidente Bolsonaro respecto a una ex presidenta de Chile y especialmente en un tema tan doloroso como la muerte de su padre».

En la misma declaración, agregó que «toda persona tiene el derecho a tener su propio juicio histórico sobre los gobiernos que tuvimos en Chile en la década de los 70 y 80», según informó el portal chileno de noticias BioBío.

Piñera agregó que las declaraciones de Bachelet «deben ser debidamente justificadas con la evidencia que corresponde, las que no fueron públicamente acompañadas en esta ocasión», lo que fue interpretado por el arco opositor como un guiño a su colega brasilero.

Desde el Frente Amplio, el jefe de bancada de los diputados de Revolución Democrática (RD), Pablo Vidal, expresó la molestia de la formación con Piñera por no marcar «con suficiente énfasis» su respaldo y defensa a la ex presidenta.

Del mismo modo se pronunció Fidel Espinoza del Partido Socialista (PS), quien cuestionó la postura «poco clara y ambigua» por pedir «tibiamente» respeto a Bachelet, pero simultáneamente «relativizar la defensa de los Derechos Humanos en Brasil».

Desde el gobierno, la diputada de la derechista Renovación Nacional (RN), Camila Flores, se cuadró con el líder brasileño al señalar en su perfil de Twitter que «el Presidente Bolsonaro no dice ninguna mentira (..) aunque algunos intenten desconocer los ocurrido en el gobierno de Allende.

El líder del Partido Republicano, José Antonio Kast, escribió que Bachelet «ha usado su cargo desde el día uno para atacar y cuestionar al Presidente Bolsonaro» y que sus críticas «no se basan en hechos, sino en su postura ideológica y la de su candidato Lula, hoy preso en Brasil».

Kast, una de las figuras más prominentes de la ultraderecha chilena, agregó, en otro tuit, que «el nuevo Gobierno de Brasil con Jair Bolsonaro ha hecho esfuerzos por controlar la crisis de seguridad y ha tenido grandes avances», además de estar «en proceso de recuperacion de la crisis económica y la corrupción que había para poner a Brasil nuevamente en movimiento».

En la misma línea que el presidente Piñera, el canciller chileno Teodoro Ribera, destacó la buena relación entre ambos países. «Chile y Brasil tienen intereses comunes y una relación histórica, que trasciende coyunturas y gobiernos», sostuvo el secretario de Estado.

Y agregó: «Los informes y declaraciones elaborados por la Alta Comisionada, debidamente justificadas y con adecuadas evidencias, corresponden ser analizados por dicha organización y los Estados mencionados».