“Estos 36 años de la gesta nos tienen que permitir mirar hacia el futuro para encontrar caminos inteligentes y avanzar en nuestro legítimo reclamo de soberanía sobre las Islas Malvinas.  Nunca vamos a dejar de reclamar lo que nos pertenece, no vamos a bajar los brazos, ni a claudicar”, dijo Rogelio Frigerio tras participar por tercer año consecutivo del acto oficial del 2 de abril en Ushuaia.

En compañía de la gobernadora Rosana Bertone, el intendente Walter Vuoto y otro visitante insigne, el senador Julio Cobos, el ministro del Interior saludó a los veteranos de guerra presentes, arrojó una ofrenda laboral a la bahía y se refirió repetidas veces al reclamo de soberanía, un concepto que, en lo concreto, la política exterior de Cambiemos y su estrategia dialoguista con Gran Bretaña, entablada en términos de acuerdos comerciales para la explotación de recursos naturales en las islas, parece ignorar.

Minutos antes de la llegada de Frigerio, Ushuaia había sido testigo de un escándalo, cuando la gobernadora Bertone, muy criticada por los veteranos durante la Vigilia de la noche anterior en Río Grande, abrió la sesión del Consejo Asesor del Observatorio Cuestión Malvinas, en el salón Islas Malvinas del edificio de la gobernación, para cerrarla luego de un breve y vago discurso y retirarse rumbo al acto oficial.

En ese momento, los miembros del Consejo que vienen reiterando sus críticas a la política “desmalvinizadora” del gobierno nacional, y que, entienden, la mandataria fueguina apoya, reclamaron la continuidad de la sesión. La tarde anterior, varios de ellos habían sido notificados informalmente de que no se les permitiría participar de la asamblea, algo que finalmente no ocurrió pero que generó mucho ruido en la previa del 2 de abril.

Tras un fuerte intercambio con funcionarios de Bertone -quien con su partida había literalmente “vaciado” la sesión de este cuerpo colegiado que tiene por finalidad hacer un seguimiento permanente de la cuestión Malvinas-, cinco miembros del Observatorio decidieron seguir sesionando dentro de la gobernación, y finalmente optaron por pasar a un cuarto intermedio hasta el jueves 5, cuando se reúnan en Tolhuin.

Así zanjó la gobernadora fueguina –huyendo “por la tangente”- una jornada difícil en la que afloraron todas las contradicciones de una provincia en la que existe un fuerte sentimiento malvinero, pero que hoy contrasta irremediablemente con el apoyo oficial a unas negociaciones comerciales con Gran Bretaña que, en los hechos, convierten el reclamo de soberanía en un concepto vacío.