Un colegio católico de Pilar acaba de proponer cambiar el uniforme de las chicas: para el próximo año reemplazará el típico jumper por un pantalón de jogging. Las alumnas y los padres sostienen que la medida está vinculada con cierto pensamiento que sobrevuela entre las autoridades de que la pollera es “tentadora”. Además, hubo fuertes rumores de que a las chicas les medían las polleras como condición para poder ingresar a la escuela. La Asesora General del Ministerio Público Tutelar de la Ciudad, Yael Bendel, indicó a Tiempo que “otra vez se invierte la carga de la prueba y se pone del lado de las niñas y adolescentes la responsabilidad de posibles abusos referidos a cómo se visten”.

“Las niñas y adolescentes son doblemente vulnerables: por su edad y por su género. La noticia de que en un colegio de Pilar les prohíben a un grupo de alumnas asistir con polleras de determinado largo, nos convoca a revisar prácticas y discursos cotidianos” analizó Bendel.

La noticia la dio a conocer El Diario de Pilar que reflejó los dichos de algunas alumnas del Colegio San José de esa localidad del norte del Conurbano que aseguraban que las autoridades del colegio habían comenzado a medirles las polleras con una regla. Incluso, revelaron que lo hacían en la dirección y que el largo de la prenda de vestir debía ser a lo sumo de cinco centímetros por arriba de la rodilla.

De acuerdo a la versión que recogió el periódico local, en una reunión que mantuvieron las chicas con la directora y el representante legal de la escuela, el hombre les advirtió que “con las polleras provocábamos”. En ese mismo tono, les dijo a las alumnas «que a futuro nunca usemos escote o espalda descubierta porque no era profesional”.

El representante legal, Mariano García, luego dialogó con Clarín y defendió el cambio de uniforme. «Será igual que los varones, va a ser un uniforme unisex, que al mismo tiempo va a ser un ahorro para los padres porque son unos cuantos pesos que se van a ahorrar en zapatos, en medias can can y en polleras. Los padres también eso lo ven como algo positivo», argumentó el hombre, quien relativizó y descartó el dato de que las autoridades hayan medido el largo de las polleras.

“Desde el Ministerio Público Tutelar promovemos los derechos de niñ@s y adolescentes para que se garanticen y respeten. En ese sentido, desarrollamos acciones institucionales para que los chic@s ejerzan su derecho a ser oído”, puntualizó Bendel, quien concluyó: “Poner el foco en la vestimenta es correr el eje. Hay que trabajar para identificar y prevenir. Las personas que desarrollan actividades en los lugares que habitan los niños deben ejercer su función con perspectiva de derechos y género”.