“Con esto estamos cuidando mejor a nuestros chicos”. Con esas palabras justificó días atrás el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, la quita del pan del menú escolar para chicos de escuelas primarias y secundarias de la Ciudad. Según el mandatario, lo hacen para reemplazarlos por alimentos más saludables. Sin embargo, los gremios y la comunidad educativa denuncian que se trata de un “ajuste” con el que redujeron las raciones, y que el pan no fue reemplazado por otro alimento. 

“Chau paneras”, se llama el nuevo menú. Como su nombre lo indica, quitaron al pan y también disminuyeron las pastas, mientras aumentaron las ensaladas, verduras y frutas, que tendrán presencia cuatro veces a la semana. También anunciaron ensaladas de frutas con menos azúcar agregada, más legumbres y carne de cerdo y menos productos industrializados, eliminando el medallón de pollo y las salchichas, aunque continúa el medallón de pescado. 

“Tenemos un desafío de mejorar la nutrición, claramente yendo a una dieta más completa, con frutas, verduras, nutrientes. Eso mejora mucho el desarrollo físico, el desarrollo en la escuela, por eso es que estamos promoviendo reducir los hidratos y sacar las paneras”, remarcó Larreta. El gobierno porteño, con el asesoramiento del nutricionista Alberto Cormillot, enfatizó en la necesidad de reducir la obesidad, y de que el pan sacia el hambre y entonces los chicos por eso comen menos en el almuerzo. Recordaron que en el último informe del Panorama de Seguridad Alimentaria y Nutricional elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) la Argentina encabeza el ranking regional de obesidad. Incluso la ministra Soledad Acuña aseveró que “en la Ciudad cuatro de cada diez chicos son obesos”.

El primer plato del nuevo menú, para los lunes, indica: “ternerita guizada, arroz con manteca y queso y fruta de estación”. En las imágenes que circularon se vio una clara predominancia de arroz blanco y zanahorias, y bastante menos de carne. Y, obviamente, sin pan; algo que se encargaron de remarcar docentes y padres en varias escuelas: “Familias, a partir de hoy los niños/as no comerán pan en el almuerzo. El Gobierno de la Ciudad y la ministra de Educación dicen que hay obesidad”, se pudo leer en una escuela de San Telmo. Otro ejemplo: la vianda que era sándwich de pan blanco con una feta de mortadela y otra de queso, pasó a ser de pan negro con dos fetas de queso.  

“Para quienes transitamos las escuelas es claro que el pan sirve para cubrir muchos déficits que presenta el servicio de las concesionarias: ante el achicamiento de raciones, falta de comida por imponderables, muchas veces el pan se convierte en un recurso complementario en la alimentación”, advirtió en un comunicado la Unión de Trabajadores de la Educación (UTE). Y agregaron: “El sólo hecho de sacar el pan de la mesa es un simple recorte y no un mejoramiento de la calidad alimentaria, dado que las prohibiciones y las restricciones no son las acciones educativas que propiciarían la concientización y educación alimentaria”.

El tema también fue discutido a nivel parlamentario. Por un lado, por el acceso de los chicos a las viandas. Actualmente los alumnos deben anotarse por internet y realizar un trámite administrativo. La diputada porteña Myriam Bregman (PTS/Frente de Izquierda) presentará un proyecto de universalización de comedores, y que dejen de depender de empresas tercerizadas para que pasen a ser una responsabilidad del Estado.