La agrupación de Taxistas Unidos protestó este martes al mediodía frente a la sede del Ente Nacional de Comunicaciones (Enacom), exigiendo que se retire de la programación de radio y televisión una propaganda de Uber, ya que consideran que se está publicitando una práctica ilegal. “Está en el aire una publicidad fraudulenta de una empresa que tiene una prohibición explícita de operar en la Ciudad de Buenos Aires. Permiten que esa publicidad se lleve a cabo habiendo denuncias pertinentes», sostuvo  el presidente de la agrupación de taxistas, Marcelo Boeri.

Uber es “sponsor digital” de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) y la Selección Nacional, y lanzó la semana pasada una campaña titulada “Allá vamos, subite”, que consta de publicidad en medios audiovisuales y redes sociales, con motivo de la Copa América 2019, lo que provocó la reacción de los choferes de taxis, que desde el año 2016 vienen pronunciándose en contra de la aplicación.

«Venimos a entregar una denuncia, junto al fallo del juzgado 15 que instó al gobierno de la Ciudad a decir qué estaba haciendo para impedir el funcionamiento de Uber. Los pusimos en conocimiento con esta nota, los pusimos en autos. Vamos a iniciar una denuncia penal contra los funcionarios», señaló Boeri.

Desde Uber alegan que su servicio está proporcionando un servicio legal, respaldado por el Código Civil y Comercial de aplicación nacional que establece en su artículo 1280 la figura del contrato de transporte, que establece que una persona puede transportar a otra a cambio de un pago.

A principios del mes de mayo, la Sala III de la Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad resolvió que la actividad de Uber en Capital no constituye una contravención en la causa “por uso indebido del espacio público con fines lucrativos”. De todas formas, se pide que los conductores posean las habilitaciones  y licencias respectivas, ya que consideran que están trabajando de remis o taxi.

Por su parte Uber declara que no es una empresa de transporte público sino una plataforma tecnológica. El transportista es el chofer y el que paga por un viaje es el pasajero. En un contexto de precarización laboral creciente, desde la app aseguran que tanto uno como el otro están dentro de un contrato privado, y que el usuario de la plataforma no ejerce ni de taxista ni de remisero como para habilitarse como tal.

En lo que va del año, sus conductores recibieron más de 950 agresiones que van desde amenazas y violencia física, hasta la quema de autos.

*Artículo realizado en el marco de las prácticas profesionalizantes de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) en Tiempo Argentino.