En contraste con lo que ocurrirá en la Ciudad, la cuarentena no sufrirá cambios para quienes viven en el Conurbano en la nueva etapa que se inicia mañana. A raíz de la suba de casos, el gobierno de Axel Kicillof resolvió no habilitar las salidas grupales al aire libre en el Conurbano, pese a que fueron autorizadas a nivel nacional, por considerar que eso incrementaría aun más la circulación del virus. Tampoco habrá bares y restaurantes con mesas en la puerta ni volverá la construcción privada.

Los 35 municipios del AMBA y los cinco del interior que están en fase 3 seguirán con las mismas actividades que hoy –lo último que se permitió fueron los deportes individuales– hasta el 20 de septiembre. Ocurre que aunque hubo una «meseta» de casos, en los últimos días la curva volvió a subir por las aperturas que se dieron y por un relajamiento social en los cuidados, y superó los 7000 positivos diarios.

De todos modos, los números que más alarman en el Ejecutivo bonaerense son los del interior porque cada vez hay más brotes y los sistemas de salud locales comienzan a sentir el impacto. El último municipio en retroceder a fase 3 fue Mar del Plata, que suspendió ayer y por diez días las actividades comerciales, recreativas, deportivas y de otro tipo que habían sido habilitadas, con el objetivo de reducir la circulación del virus.

Otros municipios complicados que ingresaron a la fase 3 son Bragado, Coronel Pringles y Laprida, a raíz de una escalada de contagios. Preocupan también Tandil y Junín, que registraron casos esta semana pero todavía permanecen en la fase 4.

Actualmente en la provincia, 43 municipios transitan la fase 5 del aislamiento social, con la mayoría de sus actividades habilitadas, mientras que otros 52 permanecen en la etapa 4.

El gobierno provincial informará mañana, como lo hace cada lunes, en qué fase quedó cada distrito en base a la situación epidemiológica que atraviesan. «Tenemos muchos focos en el interior, en el Conurbano la situación está estable. Preocupan Mar del Plata, Tandil, Junín y otros municipios. El Covid-19 se mueve como una mancha de aceite», señaló la ministra de Gobierno bonaerense, Teresa García, y consideró que los contagios se producen porque «hay una flexibilización de hecho de la cuarentena. Al virus lo transportamos las personas, cuantas más personas circulen, más contagios habrá».

Aperturas porteñas

La Ciudad, en tanto, habilitará nuevas actividades a partir de mañana y avanzará en el plan de fases que tenía previsto ya que, según explicaron las autoridades, la curva está estabilizada en un promedio de 1100 casos diarios desde hace dos semanas.

En principio, el gobierno de Horacio Rodríguez Larreta permitirá a restaurantes, bares, pizzerías, cervecerías y cafés poner mesas y sillas para la atención afuera de los locales. También estarán autorizadas las reuniones sociales de hasta diez personas en espacios al aire libre, tal como fueron dispuestas por la Nación.

Como parte de la negociación con el presidente Alberto Fernández, Larreta también logró permiso para autorizar  las obras privadas mayores a 5000 metros cuadrados, y a retomar la actividad a las que les resten 90 días para concluir los trabajos. Solo se podrá trabajar de lunes a viernes de 10 a 19, y los sábados de 10 a 14 horas.

Lo que tendrá que seguir esperando son las clases presenciales ya que el ministro de Educación de la Nación, Nicolás Trotta, le bajó el pulgar al plan porteño para que los alumnos sin conectividad vuelvan a las aulas. No obstante, Rodríguez Larreta anticipó ayer que realizarán las reuniones que hagan falta: «Incluso rever protocolos y modificarlos, porque pensamos que tenemos la razón en esto, y que es importante no abandonar a estos chicos que hoy no tienen ningún tipo de contacto con la escuela», señaló.

La medida es rechazada también por los gremios docentes, que consideran que no están dadas las condiciones sanitarias ni de seguridad e higiene básicas para el retorno a las clases. «