La crisis que se desató después de las PASO cayó con todo su peso sobre las familias que alquilan. Durante las últimas dos semanas se registró un incremento en la cantidad de inquilinos que se presentan en la Defensoría del Pueblo para ser asesorados por dificultades en sostener el pago del alquiler.

Las consultas ante el Programa de Atención a Inquilinos de la Defensoría del Pueblo vienen creciendo sostenidamente desde hace un año y medio. En marzo de 2018, dos de cada diez inquilinos se presentaban para consultar por este tema mientras que, en agosto de este año, esa cifra creció a cuatro de cada diez (41,22%).

Detrás de ese problema se ubicaron otras consultas, según el informe publicado por la Defensoría, entre los que se destacan problemas edilicios (29,77%), retención indebida de depósito (11,45%), impuestos y servicios públicos (9,92%), consultas previas a alquilar (3,82%), problemas con el intermediario (1,53%) y otros (2,29%).

 “La necesidad de rescindir tiene que ver con situaciones inesperadas, como la pérdida del empleo o con el deterioro del poder adquisitivo que, sumado al aumento del alquiler, les impide mantener niveles elementales de consumo”, afirmó Fernando Muñoz, director del Programa de Atención a Inquilinos de la Defensoría del Pueblo.

Quienes están en esta situación buscan una salida cambiando comodidad por precio. “Se mudan a departamentos más chicos o alejados -señaló Muñoz- o alquilan una habitación en una vivienda familiar o en un hotel. También hay una tendencia al hacinamiento, familiares o amigos que acuerdan vivir juntos, jóvenes que regresan a la casa de los padres o jubilados que se mudan a la casa de sus hijos”.

Otra situación frecuente es la imposibilidad de renovar el alquiler. Cuando culmina el último mes del contrato y los inquilinos reciben propuestas de aumento que no pueden afrontar (del orden del 40 al 70% de aumento, con ajustes semestrales del 18%), se acercan a consultar cómo extender el contrato y ganar algo de tiempo para mudarse. “Generalmente los propietarios y las inmobiliarias informan el precio de la renovación a último momento. Esto genera una angustia en los inquilinos que no esperan un aumento tan drástico y se dan cuenta de un momento para el siguiente que tienen que salir a buscar un lugar donde vivir”, afirmó Muñoz.

La dificultad para pagar las expensas se convirtió en otra de las principales causas para finalizar anticipadamente el contrato. “Las expensas extraordinarias desaparecieron de las liquidaciones. Esto implica un traslado de todos los gastos del edificio al bolsillo del inquilino que, a pesar de tener un contrato por solo 24 meses, se hace cargo del cambio de la caldera, la renovación de las cañerías o la pintura exterior del edificio”, indicó.