La suba del dólar a $19,30 este jueves 28 generó respuestas disímiles. Mientras que en el reducido -en tamaño- segmento de los inversores se minimizó su impacto, entre la población en general se prendió alguna luz de alarma. Encima, después del anuncio del gabinete económico, la devaluación fue aún mayor.

Para los inversores y operadores financieros en general, se trata de un movimiento previsible, que no cuestiona la marcha de la economía ni el sentido de la política económica.

En cambio, para mucha gente que se expresó a través de las redes sociales, la suba de un 1% en un día (casi 7% en diciembre) sería el inicio de una fuerte devaluación que -vienen escuchando- es pedida desde hace meses por muchos economistas y representantes de sectores económicos vinculados a la exportación.

La de este jueves 28 fue la décima jornada consecutiva de alza de la cotización del dólar tras una serie de altibajos en la primera quincena de diciembre y una caída del 1,4% en noviembre.

¿Qué motiva la suba actual?

Varios factores convergen:

-Siempre en diciembre: según los analistas, diciembre es un mes en el que la demanda por el dólar sube por los viajes al exterior vinculados con las vacaciones. No es un factor a subestimar: según el último balance cambiario del Banco Central, a septiembre pasado, el ítem “Viajes, pasajes y otros pagos con tarjeta” acumuló una salida de divisas de U$S 8208 millones.

-Dólares que vuelven a casa: Juan Manuel Pazos, Head de Estrategia de Puente, le dijo a Tiempo que “el Congreso de Estados Unidos votó recientemente una reforma tributaria, por lo que se prevé que habrá un mayor crecimiento. Eso estimula la repatriación de fondos invertidos en otros mercados. La semana pasada se vio cómo el dólar subió su valor respecto de otras monedas”. Así las cosas, capitales que en el último período invirtieron en la Argentina, especialmente en instrumentos financieros, estarían volando hacia su país de origen: EEUU.

-Tasas menos altas: el tercer factor señalado es que la licitación de Lebac de la semana pasada dejó entre los analistas la idea de que el Banco Central desarrollará una política más agresiva y bajará la tasa de referencia más rápido de lo que se creía. Ello sucedería durante el primer semestre. Esa percepción estaría impulsando entre los inversores la política de abandonar paulatinamente el peso y pasarse al dólar.

¿Qué otros factores hay?

Se menciona que el gobierno y el BCRA están impulsando la mini devaluación por la vía de liberar pesos, es decir, no absorberlos con Lebacs ni Letes. Esos pesos estarían yendo hacia el dólar.

Una corrección hacia arriba del valor del dólar mejora el balance del Banco Central ya que las reservas tienen más valor en términos de pesos. Las reservas constituyen uno de los activos del Banco Central mientras que los pesos emitidos y las Lebacs forman parte de sus pasivos.

Además, sectores vinculados al comercio exterior como los productores de granos, la explotación minera y algunas industrias venían pidiendo una devaluación del peso. De suceder, mejorarían su nivel de ingresos medido en pesos al tiempo que sus costos medidos en dólares se reducirían.

“Estos movimientos del dólar descomprimen esa presión por una devaluación”, observó Pazos.

Para este especialista, el problema central es si el nuevo valor del dólar pasará a precios. “Se vienen meses en los que la inflación seguirá firme, por cuestiones estacionales propias del verano y por la suba de los precios regulados (tarifas). Esa debe ser la preocupación del Banco Central” , concluyó el experto.