En el campo de la cultura son frecuentes los anuncios apocalípticos. Se ha anunciado la muerte de la novela, la muerte de la pintura tradicional y muchos otros decesos que nunca se produjeron. 

Contra todas las predicciones, tanto en el Reino Unido como en los Estados Unidos, lejos desplazar al libro en soporte papel, la venta de lectores digitales ha disminuido, mientras los libros tradicionales se multiplican. Es imposible hacer futurología ni precisar las causas del fenómeno, pero por el momento el tan anunciado desplazamiento no ha ocurrido y más bien resulta evidente la tendencia opuesta. 

Según datos de la Publishers Association. la venta de libros de papel está creciendo mientras que por primera vez las ventas de e.books están decayendo desde que apareció en el mercado.  La venta de libros electrónicos cayó por segundo año consecutivo en el Reino Unido –según lo informa The Guardian a partir de un informe de la consultora Nielsen- mientras que aumentó un 7 por ciento la venta de libros impresos. 

El informe de Nielsen de 2016 atribuyó el aumento de las ventas de impresos a la ficción infantil ya que aseguran que las generaciones más jóvenes prefieren libros en papel antes que  electrónicos. En 2015 en las cinco mayores editoriales de Reino Unido (Penguin Random House, Hachette, HarperCollins, Pan Macmillan y Simon & Schuster) las ventas de libros electrónicos cayeron un 2,4%. 

Es cierto que un e-book permite condensar muchísimos libros en un mínimo espacio, pero no es menos cierto que el libro en soporte papel proporciona un placer táctil y una sensación de cercanía con el texto de la que el libro electrónico carece. Estas consideraciones, aunque subjetivas, podrían formar parte de las causas por las cuales el libro papel aún mantiene y aumenta su vigencia. 

En su momento el CEO de Publishers Association   Stephen Lotinga declaró que se había subestimado el placer que provoca la lectura en papel. Y, según parece, no se equivocó. 

Ítalo Calvino hablo del “asedio previo al libro” que antecede su lectura. Este asedio consiste en una larga serie de ritos y el sentido del olfato y el peso del volumen intervienen en ese asedio. Por otra parte, el libro de papel es un objeto de un alto grado de perfección. De hecho, los electrónicos debieron incorporar las posibilidades que les ofrecen al lector sus antecesores para ser más vendibles: permitir el paso de la página descartando la lectura “en rollo” y el subrayado. 

Posiblemente sean los libros de ficción los que menos éxito tengan en el formato electrónico, ya que están destinados al puro placer. Los libros teóricos dirigidos a profesionales como investigadores, quizá permitan acciones que no están presentes en el libro de papel, como la posibilidad de hacer un copy-paste de los subrayados para obtener en tiempo récord un resumen del libro sobre el que se trabaja. Lo cierto es que, por el momento, el libro tradicional no sólo no se ha debilitado, sino que goza de buena salud.