El presupuesto nacional 2018 será «austero y con menor peso del Estado sobre la economía», adelantó la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, quien ofició de vocera luego de la reunión de gabinete encabezada por Mauricio Macri, en el Salón Eva Perón de la Casa de Gobierno.

El Ejecutivo debe enviar al Congreso el presupuesto antes del 15 de septiembre. Sin embargo, en julio, se envía un boceto con los principales conceptos. En ese sentido, Bullrich indicó que el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, dio las «pautas» del mismo: «Lo que le llega a la gente estará respetado y en muchos casos incrementados y vamos a ir por el lado de los problemas que nos dejó el kirchnerismo, en subsidios y sobre todo en corrupción (…) Todo lo que se había montado comienza a desmontarse lentamente con pautas muy concretas», completó la ministra.

Abraham Gak, profesor honorario de la UBA y economista del Plan Fénix, explicó a Tiempo el significado práctico del anuncio: «Es posible que estén hablando de liquidar algunas empresas del Estado. No quedan muchas: YPF, AySA, Correo… Tal vez algún banco. Quizás, quieran privatizar el Banco Nación», ironizó.

Hernán Letcher, titular del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), expresó: «Confirma una especulación o presunción que después de la elección viene una ajuste feroz en términos fiscales. Dujovne, cuando asumió, expresó la idea de eliminar programas para reducir el gasto público. Acá, se confirma esa tendencia. Habrás un recorte de programas que no han podido aún eliminar de cuajo. Han reducido varios, ya. Después de las elecciones, lo profundizarán».

El anuncio del Gabinete se da en el marco de una serie de presiones que recibe el Gobierno por parte de los sectores más conservadores de la economía, quienes acusan al macrismo de ser demasiado gradualista con el ajuste fiscal y piden apretar más la soga, con una fuerte reducción del gasto público. Esto incluye al sistema provisional (34% del gasto), a los subsidios (13%) y al empleo estatal (10%), que suelen ser las primeras variables de ajuste en las economías neoliberales.

«Los economistas del Gobierno hablan de recortar gastos operativos. Básicamente, se trata de cualquier tipo de transferencia de corte social. Además de los programas, entra la eliminación de los subsidios. Indefectiblemente, va a afectar al bolsillo de las clases populares», opinó Letcher.

En ese sentido, Gak advirtió: «Estas propuestas surgen porque no se les ocurre cómo recaudar más. Demuestra una falta de imaginación enorme. También es claro que forma parte de su ideología. No hay que sorprenderse por esto». Cabe recordar que la AFIP informó que la recaudación impositiva durante 2017 fue del 21%, unos 4 puntos por debajo de la inflación.

Este año, el Gobierno suspendió una reducción de impuestos a la producción de soja, compromiso que sería renovado luego de las elecciones legislativas. «Hay que recordar que desde enero arranca el recorte de retenciones a la soja en 0.5 puntos mensuales, por dos años, lo cual da un total de 12%. Para compensar esta merma en los ingresos, van a tener que ajustar aún más», apuntó Letcher.

Es el segundo presupuesto que presentará Cambiemos y deberá ser aprobado por ambas cámaras del Congreso antes del 31 de diciembre.