Sebastián está sentado arriba de un tractor, frente al Cabildo. Acaba de dar la vuelta a la Pirámide de Mayo, después de llegar desde el Congreso, donde junto a tres mil compañeros productores presentaron un proyecto de Ley para mejorar sus condiciones de trabajo. Mientras a veinte metros se desesperan por llevarse una planta de lechuga o de acelga, Sebastián explica: “Hacemos esto para que pedir que nos tomen en cuenta. A los pequeños productores nos tienen abandonados. Con el temporal de esta semana, por ejemplo, quedamos culo para arriba. Todo roto nos quedó. Jamás un subsidio para nosotros. Día tras día trabajamos para mantener a nuestra familia”.

Detrás del verdurazo y de la desesperación que muestran cientos de personas por llevarse su changuito lleno a sus casas, hay una problemática que busca visibilidad: la de los pequeños productores de las quintas del conurbano bonaerense. La numerosa columna de la Unión de Trabajadores de la Tierra pedía una ley que permita acceso a la tierra con créditos blandos y que se abra la discusión sobre las tierras ociosas o en mal uso.

Agustín Suárez, referente de la UTT de La Plata, explica la situación mientras pide a la gente que no se abalance sobre los camiones. “Estamos entregando 20 mil kilos de verdura con la intención de visibilizar el sector de la agricultura familiar, que siempre está escondido y no figura en la agenda del Gobierno. Es una manera de acompañar el proyecto de Ley de tierras que presentamos hace un rato en el Congreso de la Nación. Hicimos una presentación pública, en la calle, algunos diputados tomar la ley y delante de los tres mil compañeros que somos se comprometieron a tarbajarla dentro de la Cámara de Diputados”, asegura.

¿En qué consiste la ley? “Por un lado pedimos el acceso a créditos blandos que permitan comprar nuestra tierra y pagarlo en 20 o 30 años. La mayoría de los compañeros alquilan y no podemos tener accesos a crédito. La otra propuesta –explica Suárez- tiene que ver con la discusión de tierras fiscales que están en desuso o en mal uso. La idea es que pasen a manos de productores familiares para producir alimentos y que puedan vivir en lugar de a manos de no se sabe quién. Hay cientos de hectáreas sembradas con soja que no sabemos el destino de esa cosecha o esa plata”.

Desde que asumió, el Gobierno transfirió 128 mil millones de pesos a los sectores concentrados del campo, sin embargo la capa más débil de esa estructura quedó al margen de ese reparto. “Es una política clara que favorece a los grandes productores de siempre y a los chicos nos perjudica. La devaluación es un claro ejemplo de eso, como el aumento de las tarifas y el combustible, que a nosotros nos impactó mucho. Todo lo que sean los insumos para la producción, como las semillas, fertilizantes y de más nos hizo un 50% más pobres”, aseguró Suárez.