Las noticias en torno del llamado Juego de la Ballena Azul en la Argentina siguen apareciendo y provocando conmoción. Esta vez la justicia porteña investiga por el delito de instigación al suicidio a un profesor particular de 30 años, vecino del barrio de Villa Crespo, quien habría impulsado a uno de sus alumnos a participar del reto suicida, según informó la Fiscalía de la Ciudad. La causa comenzó cuando la mamá del menor de edad, que vive en Lomas de Zamora, denunció que había logrado interceptar varios mensajes de un hombre que intentaba reclutar a su hijo para participar del reto Ballena Azul. El mismo consistiría en aceptar y cumplir con 50 desafíos cada vez más peligrosos, que incluyen las autolesiones y que hipotéticamente terminan con el suicidio del jugador que acepta participar.

A partir de un audio aportado por la madre denunciante, la justicia decidió darle curso a la investigación, a partir de la cual se decidió allanar el domicilio del profesor, procedimiento del que participaron peritos del Cuerpo de Investigaciones Judiciales y personal policial. Durante el mismo se incautaron teléfonos, computadoras portátiles, una consola de PlayStation y un ejemplar de «Necronomicóm, el libro de la ley de los muertos».

En el audio presentado como prueba el profesor le explica a su alumno en qué consiste el desafío. «Hay 50 días. En cada día tenés que hacer algo aparentemente. Si lo hacés sólo, tenés que enviar las pruebas, fotos lo que sea de lo que vas haciendo», le dice el hombre y agrega: «Si lo hacés en pareja, o sea de a dos, también es lo mismo pero de a dos, o sea yo te mando una foto de ese día de lo que hay que hacer y vos me mandas una foto de lo que hiciste ese día». A partir de esto la madre del chico presentó una denuncia formal ante el fiscal Mariano Leguiza, de Lomas de Zamora, quien pidió la colaboración del Cuerpo de Investigaciones Judiciales de la Fiscalía de la Ciudad, a cargo de Enrique Del Carril, que pudo determinar donde vivía el profesor y cómo había instigado al joven a participar del macabro reto.

Recomendaciones por la Ballena Azul

Sin embargo este no es el primer caso que se conoce a lo largo del mes. El juego desembarcó en la Argentina hace menos de dos meses y la alarma la encendieron una serie de videos que se viralizaron a través de las redes sociales, en los que se explica su funcionamiento y se sindica su origen en Rusia, aunque nunca se dan detalles demasiado precisos. A pesar de que se intentó reducir el asunto a una de las tantas leyendas urbanas que se vuelven populares a través del mismo camino de la viralización, los casos de chicos lastimados a partir de una presunta participación en los desafíos de la Ballena Azul comenzaron a conocerse en distintos puntos del territorio. En la localidad entrerriana de Concordia, los médicos tratan de determinar si un adolescente de 15 años que fue internado con lesiones que él mismo se había provocado también participaba del desafío, mientras que en San Luis otra adolescente de la misma edad le contó a sus profesores y amigos que se encontraba en proceso de realizar las 50 pruebas.

A partir de esto distintas iniciativas se pusieron en marcha para contrarrestar la repentina y extensa difusión que tuvo el supuesto juego. Dos semanas atrás la ONG Chicos.net realizó un seminario on-line gratuito dirigido a docentes y padres sobre la convivencia de los niños y adolescentes en la web, en el cual los participantes proponían analizar dos casos que fueron noticia en las últimas semanas: el juego «La Ballena Azul» y la no menos polémica serie «13 Reasons Why», en la que el suicidio de una adolescente ocupa el centro dramático de la acción. Por su parte, en otra intento por reducir el riesgo de acciones autolesivas, el diputado de Cambiemos  Juan Fernando Brügge presentó un proyecto de ley para agravar las penas contra quien instigue al suicidio, descrito en el artículo 83 del Código Penal de la Nación, y crear la figura de instigación a la autolesión mediante la modificación del artículo 94° del mismo código.

Según el diputado, «ante la aparición en las redes sociales de los denominados desafíos que incitan a los usuarios a llevar adelante una serie de acciones riesgosas, es necesario que mencionemos el vacío legal existente». Por ello, Brügge propuso elevar de 2 a 5 años la pena por instigación al suicidio, que hoy se encuentra de 1 a 4 años; e incorporar al artículo 94 del Código Penal que «será reprimido con prisión de un mes a un año, el que instigare o indujere a la autolesión, de cualquier tipo, de otra persona, o le ayudare a cometerla».