El PAMI profundiza los recortes en servicios a los jubilados. Al quite del 100% del subsidio en medicamentos y ajustes en los médicos de cabecera, se le suma la falta de entrega de prótesis e insumos ópticos, y el cierre de centros de salud. Mientras aumentaban las deudas, el organismo dirigido por Carlos Regazzoni, firmó un convenio con el club Boca, un contrato con la empresa de Nicolás Caputo, íntimo amigo del presidente, Mauricio Macri, y una licitación por 113 millones de pesos para proyectos informáticos. 

En la Defensoría de la Tercera Edad, su titular Eugenio Semino indicó que empezaron a llegarles reclamos de jubilados a los que les quitaron la gratuidad de medicamentos: «vamos realizando las denuncias correspondientes. Se acrecentarán, porque hasta ahora estuvo la Feria Judicial». En el Facebook de PAMI las publicaciones giran en torno a promociones de viajes turísticos o juegos mentales online para los afiliados. Muchos de ellos aprovechan ese espacio para elevar reclamos. Es el caso de Sara González: «Mi mamá cobra una pensión y una jubilación de ama de casa, no tiene propiedades ni autos. Aun así le quitaron el subsidio de los medicamentos, y ahora sobre un ingreso de $ 10.500 debe pagar $ 600 de remedios». 

«La mano viene muy mal. A los jubilados que van a la farmacia para sus medicamentos gratis, cuando el farmacéutico les quiere validar el servicio, aparecen leyendas de que tienen algo, como un barco, que no lo tiene, y los mandan al PAMI que no da respuesta», expresa el abogado especialista Christian Gonzalez D’Alessandro, director del Instituto de Derecho de las Personas Mayores y Políticas Gerontológicas de Morón. «Tampoco hay medicamentos de alta complejidad, como los del cáncer y el HIV. Según el PAMI es un problema de sistema. Hay muchísimas quejas sobre esto», agrega. 

Es martes a la mañana y la guardia de Traumatología del Hospital Francés exhibe la misma escena cotidiana: más de 30 jubilados esperan ser atendidos. Entre ellos sobresale Marta Fernández. Cobra la mínima de 5200 pesos, y paga alquiler por 5900. Las cuentas no dan, la ayudan sus hijos. «Tenía fecha de operación de columna el 6 de enero y se canceló porque PAMI no entrega la prótesis. El canal raquídeo está obstruido, si no me operan rápido voy a una silla de ruedas.» Ahora le dieron fecha para el 21 de abril, y para sobrellevar estos meses el médico le recetó un corset que tampoco le fue entregado. Esta semana volverá a PAMI Central con todos los papeles: «Si no tengo novedades haré un amparo por abandono de persona». Por esa misma causa Javier Muniátegui (67), con disfunción cerebral grave, denunció penalmente a Regazzoni el 27 de enero. 

Este año PAMI implementó otra medida de ajuste: cobre o no la mínima, si el jubilado consume más de cuatro medicamentos, no puede tenerlos todos con 100% de descuento. «Arrancó este mes, me dijeron que elija, dejé afuera el calcio», relata Susana Porta, que sufre de artrosis y osteoporosis. El año pasado le quitaron la gratuidad del Derrumal 300, que debe tomarlo de por vida: «No lo tomo más». El recorte alcanzó a María Dolores García, que cobra la mínima, padece cáncer de mama y toma cinco medicaciones: «Saqué las pastillas para dormir, que me cuestan 300 pesos». 

La falta de entrega de insumos explotó a principios de este mes, por deudas del PAMI. Los odontólogos del sur de Santa Fe suspendieron las prótesis dentales. El último martes se sumaron las ópticas de diferentes regiones. En toda Misiones suspendieron los servicios. La Cámara Argentina de Óptica estima que la deuda alcanza los 100 millones de pesos. En Catamarca no están entregando pañales, y en Neuquén y Río Negro ocho clínicas restringieron medicamentos y atención en las guardias a afiliados. 

Entre enero y febrero, PAMI dio de baja, sin explicitar motivos, el convenio con seis centros médicos de la Ciudad de Buenos Aires, por ejemplo Centros de Kinesiología Labofem y Cetf, el Centro Médico Universal, el Alberti y el Diagnóstico Savio, que se encuentra en Lugano, donde el 44% depende del sistema de salud pública. Los seis centros atendían a 700 pacientes por día y empleaban a 80 trabajadores. Los directores se preguntaron en un comunicado si la baja de los convenios «será por una diferencia en el color político, o será quizás, que se esconde algún negociado entre la actual gestión y alguna empresa vinculada».

 »Seguimos sin neumonólogos, y hay demoras en las entregas de stent y los medicamentos oncológicos», enumeraron desde la Asamblea de Trabajadores de PAMI Mar del Plata. Y mencionaron el Convenio Marco Cooperación y Asistencia, estipulado por la Resolución 1809, firmado el 29 de septiembre de 2016 entre el Instituto Nacional de Servicios Sociales para Jubilados y Pensionados (INSSJP) y el club presidido por Daniel Angelici. Es un contrato de reciprocidad que no fue anunciado por ninguna de las partes ni especifica acciones concretas. Según el Boletín Oficial, buscan el «desarrollo de un envejecimiento saludable, a través del diseño de políticas públicas». Desde PAMI afirmaron que no les demandará dinero. Pero el artículo 3º especifica que la Secretaría General de Promoción Social del PAMI será la encargada de la «asignación de recursos económicos de las acciones conjuntas que surgieran del Convenio». El contrato es por dos años, y se renovará automáticamente. Semino anticipó una posible denuncia penal por «convenios espurios». Para D’Alessandro, es un acuerdo «dudoso».

La que sí dictamina un monto específico es la resolución 1808, del 29 de septiembre, en la que el INSSJP le abona un extra de $ 37.825.360 a la Unión Transitoria de Empresas CAPUTO SAICyF-PYPSA SA-SES SA, comandada por Nicolás Caputo, íntimo amigo de Macri, por la obra del Hospital del Bicentenario de Esteban Echeverría, como «redeterminación de precios». Es casi un 20% de los $ 199.875.000 originales de 2011. Otro contrato «dudoso», publicado el 22 de diciembre, consiste en «la contratación de servicios profesionales para el Gerenciamiento, Análisis y Desarrollo de Proyectos de Sistemas», por 24 meses con opción a renovar un año más. Desecharon dos oferentes y quedó DINMAX CONSULTING SRL, que lo obtuvo por $113.558.400. Por la cantidad de horas prespuestadas necesitarán 60 trabajadores, para una empresa que apenas supera los 50, y que recién en 2013 cambió su actividad principal en la AFIP a «servicios de consultores en informática y suministros de programas de informática». Antes se dedicaba a lo que hoy es su rubro secundario: «venta al por menor y al por mayor de artículos de iluminación y reparación de automotores y motocicletas». «

Tres casos dramáticos que siguen sin repuesta

Los casos por recortes del PAMI se repiten. La mujer de Juan Minghetti, de Vicente López, dejó de obtener en enero las bolsas de ostomía que recibía regularmente. “Mi mujer esta ostomizada desde el 2010 y nunca habíamos tenido problemas hasta ahora. Llamé a PAMI Escucha, y me dijeron que Pami no cerró la negociación con el proveedor de las bolsas. Hasta tanto esto no suceda no tienen ninguna respuesta para darme. Pero la ostomia no avisa ni perdona, estamos muy mal y sin saber que hacer. No las puedo comprar en el mercado, cuestan 50 pesos y se usan hasta dos por día, así que estamos condenados”, comenta Juan, de 72 años. 

Analía Vicetto, de 47 años, presentó el 21 de septiembre la documentación para la droga Aubagio, por su esclerosis múltiple, diagnosticada a los 27 años. “Ha sido sistemáticamente rechazada y sin dar razones coherentes”. Vive en La Calera, Córdoba, y lleva “meses de angustia tratando de que alguien me atienda un teléfono, hasta le escribí por privado a Carlos Regazzoni y al Señor Presidente y nadie me responde”. Permanece sin medicación. Pagarla le generaría un gasto de entre 50000 y 75000 pesos por mes. 

La primera operación de cadera de la madre de Marcelo Drahan fue en enero del año pasado. Lo único que PAMI les entregó fue la prótesis de cadera. La intervención debió ser costeada por los hijos, a un valor de 14 mil pesos. “Nunca nos reintegraron la plata, ahora otra vez hay que operarla por la otra cadera y tenemos que pagarlo, porque está sufriendo por el dolor y no puede caminar. Desde PAMI me dijeron que iban ver el caso y me avisaban”.

No todos tienen a una Araceli

¿Cómo conseguir un remedio faltante sin tener 700 mil seguidores en las redes sociales? El pedido desesperado de ayuda que emitió Araceli González en Instagram para hacerse de una caja de Imuran –el remedio que necesita tomar su madre que padece lupus– reflejó la realidad cotidiana de miles de anónimos que no cuentan con la llegada masiva de la actriz. La caja de Imuran para la madre de González apareció a las pocas horas. Pero la faltante de medicamentos persiste, la mayoría sin el final feliz de Araceli. 

Rubén Reyna padece la Enfermedad de Injerto contra Huésped (EICH) derivada de un trasplante por una afección oncológica. Necesita tomar tracolimus (un fármaco inmunosupresor), fungicidas y corticoides. «OSECAC está demorando en dar los inmunosupresores, las droguerías no entregan medicación oncológica y frescamente me piden que espere», contó el hombre de 41 años a Tiempo. «El tratamiento es tan grave como la leucemia contra la que estoy peleando, pero más duro es pelear contra la indiferencia y la burocracia.» La forma que encuentran varios pacientes como Rubén de resolver momentáneamente su problema es el trueque: «Nos prestamos medicación con otros trasplantados para cubrirnos. Algunos los pude comprar, pero otros cuestan miles de pesos.» 

Durante 2016 las licitaciones de compra de remedios fue nula. Renunció el viceministro de Salud, Néstor Pérez Baliño, y recién en abril se recompondría la entrega de medicamentos para tuberculosis. Desde ATE contaron a este diario que «la distribución de medicamentos de atención primaria a los Centros de Atención Primaria de la Salud, de la que se encarga el ex Programa Remediar, hoy Cobertura Universal de Salud-Medicamentos, se encuentra en la peor situación desde el origen del programa en el 2002».