Israel continúa en una profunda crisis política que parece destinada a culminar en un nuevo llamado a elecciones, la cuarta convocatoria en cuatro años. Los diputados aprobaron esta semana una propuesta para disolver el Parlamento si no se logra consensuar un presupuesto para el año 2021.

Trabado en un sistema con ausencia de una mayoría aplastante en el Kneset, la última posibilidad de gobernanza tras dos comicios fue que los líderes más votados, el actual primer ministro Benjamin Netanyahu -del Likud- y el exministro de Defensa, el general Benny Gantz -del partido Azul y Blanco- compartirían alternativamente el gobierno. No daba para un nuevo llamado por el hastío de la población, que exigía acuerdos políticos sensatos y no una masacre electoral que a esa altura no parecía llevar a ningún lado.

A casi un año de terminar el período Netanyahu -que vence en noviembre de 2021- Gantz se sumó a los partidos que votaron para proponer una nueva llamada a elecciones. El militar acusa a Netanyahu -involucrado en una investigación judicial por corrupción- de no haber sabido gestionar la crisis sanitaria por el Covid-19.

“El pueblo de Israel quiere vacunas y no elecciones, se defendió el premier. Necesitamos dejar la política de lado, ya habrá tiempo suficiente para eso, pero debemos trabajar juntos por nuestros ciudadanos”, completó en una rueda de prensa.

“Una elección no es lo correcto para el país, pero es mucho mejor que un gobierno paralizado, y que la política dicte el manejo de una de las crisis económicas y de salud más severas que hayamos conocido», le respondió Gantz.

Mientras tanto, la situación se complicaba en las calles luego de que tropas israelíes asesinaran a un adolescente palestino en una manifestación contra la creación de una nueva colonia en territorios ocupados, en la localidad de Mughayir.

El ejército israelí dice haber usado «medios de dispersión antidisturbios» para impedir el lanzamiento de piedras contra las fuerzas de seguridad y niega haber disparado con balas de plomo. La agencia de prensa palestina Wafa dijo, sin embargo, que Ali Ayman Nasr Abu Aliya, de 13 años, y otras cuatro personas resultaron heridas por disparos de soldados israelíes. El chico murió tras haber sido ingresado en el hospital de Ramalá.

El emisario de la ONU para Medio Oriente, Nickolay Mladenov, reclamó una investigación sobre este hecho «inaceptable», al que la Autoridad nacional palestina calificó de «atroz».