En la tercera reunión paritaria y a tres días hábiles del arranque de clases, el gobierno de María Eugenia Vidal reiteró su oferta del 15% en tres cuotas más el bono de 6 mil pesos por presentismo y sólo agregó una cláusula de revisión en octubre para evaluar si la inflación superó al aumento otorgado. La propuesta fue rechazada de plano por los gremios que definirán si van al paro o comienzan el ciclo lectivo recién el viernes. 

Durante el encuentro en el Ministerio de Economía, en La Plata, los ministros de Economía, Hernán Lacunza; de Trabajo, Marcelo Villegas, y de Educación, Gabriel Sánchez Zinny, insistieron con el incremento del 15% -en enero, mayo y septiembre- que ya había sido rechazado por el Frente de Unidad Docente. 

A diferencia de la propuesta del jueves pasado, ahora el gobierno incorporó la posibilidad de monitorear la inflación en octubre, una vez que se pague la tercera cuota, a través de una comisión que se crearía para evaluar si el índice de inflación oficial superó al aumento. Esta cláusula ya se usó en el acuerdo salarial 2016 pero es rechazada por los gremios porque aseguran que Vidal nunca la cumplió y se negó a reabrir la negociación. Piden, en cambio, la cláusula gatillo que les garantice una actualización de manera automática. 

En cuanto al bono por presentismo de 6 mil pesos, el gobierno detalló cómo planea pagarlo. Lo haría cada dos meses: si el docente no falta recibe mil pesos al final del segundo mes; si falta una vez percibirá 750 pesos y si falta dos veces cobrará 500 pesos. Si falta más veces en el bimestre directamente no lo cobra. 

El Frente de Unidad Docente, que integran FEB, SUTEBA, UDOCBA, SADOP, AMET y UDA, rechazaron de plano la oferta pero postergaron el anuncio de medidas de fuerza para el viernes. Anunciaron que mañana consultarán a las bases y ya el viernes realizarán sus respectivos congresos y plenarios para definir luego las medidas a tomar. A diferencia de otros años, aunque mostraron malestar por la postura del gobierno evitaron adelantar si arrancarán o no las clases. 

A la salida de la reunión, el secretario general del SUTEBA, Roberto Baradel, explicó los motivos del rechazo: “No hubo modificación de la propuesta, excepto la cláusula de revisión: la misma que no cumplieron en el 2016. Por eso, estamos pidiendo una cláusula gatillo, de activación automática. Si confían en el número que están dando y están seguros de que la inflación no va a superar el 15%, ¿cuál es el problema en aplicarla? Saben que lo va a superar y quieren bajarnos el salario a los docentes. Es una vergüenza que nos ofrezcan por tercera vez lo mismo: un aumento de $625 que no alcanza ni para pagar la boleta de luz”. 

La presidente de la FEB, Mirta Petrocini, por su parte, recordó que “en 2016 se firmó un acuerdo similar para reabrir la negociación, pero el gobierno provincial nunca cumplió con lo pactado, afirmando que la inflación no había sido superior al porcentaje acordado”. 

“Hay una gran preocupación en toda la familia educativa, no sólo por la falta de una propuesta salarial digna, sino también por el cierre de cursos y de escuelas, que hace peligrar el futuro de docentes y alumnos”, agregó Petrocini y remarcó que desde el Frente de Unidad Docente “estamos dispuestos a debatir hasta último momento”.

En conferencia de prensa, los ministros de Vidal volvieron a defender la oferta, evitaron decir si los convocarán otra vez antes del lunes, pidieron «no tomar de rehenes» a los alumnos y no descartaron dictar la conciliación obligatoria si finalmente los sindicatos deciden llamar a un paro en el arranque de clases. «Siempre se mejoró la propuesta anterior para ir acercando posiciones entre las pretensiones de los gremios y las posibilidades de la Provincia. «Vamos a seguir trabajando para llegar al acuerdo. Eso no debería poner el tela de juicio el inicio de las clases», señaló el ministro de Economía bonaerense, Hernán Lacunza.

En la misma línea, el ministro de Trabajo, Marcelo Villegas, dijo que «durante el jueves y viernes van a tener asambleas de bases y congresos. Les hemos manifestado que dejamos un canal abierto y en función de sus decisiones y de sus consensos vamos a evaluar cuál es el momento oportuno para volver a citarlos». 

El funcionario también apuntó que «el no inicio de clases a veces es un posicionamiento más ideológico que político» y recordó que en 2017 «tuvimos 17 paros, algunos de ellos salvajes. Los gremios son los únicos que pueden decidir el no inicio de clases. Poner como plazo el viernes muestra quién quiere dialogar y quién no». «El compromiso es trabajar, como lo hemos hecho en años anteriores, y mantener el diálogo abierto. No hay ninguna razón válida para que, habiendo diálogo, propuestas y mesa de negociación, que van tomando en cuenta observaciones, haya un obstáculo para el normal inicio de clases», dijo.