El relanzamiento del proyecto Pampa Azul, presentado esta semana ante el Comité Interministerial del Programa Nacional de Investigación e Innovación Productiva en Espacios Marítimos, es más que sólo una buena noticia. Es un hito, porque no se trata de un hecho aislado sino del indicio de que se podría estar materializando nuevamente una política de Estado en torno a la causa austral y a la soberanía nacional.

Pampa Azul representa un avance en el marco de las medidas adoptadas por el Gobierno desde el 10 de junio pasado, cuando el Presidente de la Nación anunció el envío al Congreso de tres proyectos de ley relacionados a la protección de nuestros recursos soberanos. Los proyectos prevén el incremento de las multas a la pesca ilegal, la actualización de los límites de la plataforma continental, y la creación de una comisión nacional permanente que investigue, trabaje y aporte en los temas relativos a Malvinas.

En este caso, la compleja y ardua tarea de explorar, proteger y explotar sosteniblemente nuestros recursos habla mucho de la cantidad de aristas a tener en cuenta. Es por ello que del proyecto participan áreas como el Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Exterior y Culto, el Ministerio de Ambiente, el Ministerio de Ciencia y Tecnología, el Ministerio de Seguridad, el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca.

Pampa Azul es un proyecto fundamental para tener un conocimiento fehaciente no sólo de la capacidad de explotar de manera más eficiente nuestras riquezas naturales, sino también para tener una real dimensión de cuál es el ecosistema que está en peligro por las constantes incursiones ilegales que Gran Bretaña autoriza unilateralmente en los alrededores de nuestras islas australes, o de la explotación petrolífera planificada por estos mismos y denunciada en reiteradas oportunidades por la República Argentina.

Es interesante destacar que este y otros proyectos de reconocimiento son realmente la única manera que tenemos para desarrollar información acabada, pruebas y estadísticas que complementen nuestras denuncias y reafirmen cada vez más la validez y la seriedad de nuestros reclamos. Desde la Fundación Germán Abdala celebramos estas iniciativas oficiales, que van en línea con las líneas de trabajo que venimos impulsando de cara a la defensa de la soberanía nacional.

Es importante ser críticos de la gran deuda histórica que nuestro país tiene de cara a ciertos posicionamientos estratégicos. Argentina debe mirar más al sur que al norte; debe mirar más el mar, y no sólo al continente. Después de muchos avances y retrocesos sobre cómo encarar la causa austral, y sobre todo después de 4 años de un intencionado y nocivo silencio e incluso entrega de nuestros recursos, es un gran avance que nuevamente la política salga de la teoría y se comience a materializar a través de la acción del Estado.

* Juan Ignacio Martínez Losardo es trabajador del Museo Malvinas y miembro de la Fundación Germán Abdala. Autor de «Sur, Brexit y después», documento que integra los Apuntes de la FGA.