La adhesión de los tenedores del 93,5% del capital fue la muestra del éxito que alcanzó el canje de bonos ofrecido por el gobierno. El número fue superior al 76% que había recogido en 2005 la propuesta de Roberto Lavagna para salir del default proclamado cuatro años antes.

Ese número permitió que la reestructuración alcanzara al 99% de los bonos bajo legislación extranjera incluidos en la oferta. La diferencia se debe a la activación de las cláusulas de acción colectiva fijadas en las condiciones de emisión de cada título, que hacen extensiva a todos sus tenedores las modificaciones acordadas con una mayoría calificada de los bonistas.

Así y todo, un grupo minoritario quedará fuera del canje, en calidad de holdouts. Se trata de quienes poseen de títulos Par en dólares y en euros con vencimiento en 2038, por un monto global de U$S 653 millones. Según fuentes que siguieron de cerca la negociación, no se alcanzó el 66% en dos series de cada uno de esos títulos y por lo tanto no se aplicarán allí las cláusulas de acción colectiva.

De hecho, el Ministerio de Economía debió usar la reasignación (el recurso que tanto habían resistido los consorcios en que se agruparon los acreedores más importantes durante la negociación) y excluyó del cálculo para determinar el nivel de adhesión a los bonos PAY 0, PAY 5, PAE 0 y PAE 5. Por eso, según el detalle comunicado en la noche del lunes, el total de la operación alcanzó los U$S 63.375 millones, unos tres mil millones de dólares menos que el objetivo inicial.

En el Palacio de Hacienda atribuyen la falta de consentimiento a inversores minoristas, en su mayoría europeos (por eso la mayor fracción de esos bonos son nominados en euros) que no pudieron ser identificados por los bancos a cargo de la colocación, el HSBC y Bank of America, y por eso no cumplieron con el trámite de inscripción.

La impresión mayoritaria es que, al no poder reemplazar esos bonos, el gobierno los seguirá pagando normalmente, para no abrir la puerta a un reclamo judicial. “La verdad es que los Pares se podrían seguir pagando, porque son a muy largo plazo y con tasa muy baja”, señaló en las redes sociales el economista Miguel Kiguel.

Las condiciones originales de emisión de esos títulos contemplan una tasa de interés que crece cada 10 años: actualmente es de 3,75% anual en dólares y 3,38% anual en euros. El capital recién empezará a ser amortizado en 2029. Esto significa que su servicio demandaría unos U$S 24 millones por año, cifra mínima en comparación con los miles de millones involucrados en juego.

Los nuevos bonos que surgen de esta operación serán depositados en las cuentas de sus titulares el viernes. Con ello la estructura de títulos en dólares bajo legislación extranjera será más simple. Desaparecerán todos los Global que vencían entre 2021 y 2027, los Par (salvo la fracción que no ingresó al canje), los Discount y el Centenario. Los nuevos instrumentos vencerán en 2029 (el que representa los intereses acumulados), 2030, 2035, 2038, 2041 y 2046.